Imagen de una de las cámaras de televisión instaladas para retransmitir un partido en Son Moix. Foto: TOMÁS MONSERRAT

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Negociar un nuevo contrato televisivo que reporte al club unos 40 millones de euros en cuatro años, reducir en un 40% las fichas de las futuras contrataciones, movilizar los pagarés admitidos en el traspaso de Albert Luque y que ascienden a 15 millones de euros y la venta de algún jugador al cierre de la presente temporada. Esas son las claves de la supervivencia económica del Mallorca a corto plazo, los puntos sobre los que se va a apoyar la entidad para seguir subsistiendo al margen de la propiedad. Siempre ligada a una política económica de alto riesgo, la SAD balear ha trazado las líneas sobre las que va a circular en los próximas campañas, amparado en su gran patrimonio y en la alta rentabilidad que ha tenido hasta ahora su cantera.

El Mallorca se encuentra entre el paquete de clubes que están negociando una mejora del 3 al 4% en sus ingresos televisivos. El club, que ha conferido sus derechos a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para que redacte un nuevo contrato con Audiovisual Sport, espera que el acuerdo le reporte entre 35 y 40 millones de euros para los próximos cuatro años, algo que abriría nuevas perspectivas de futuro: «Sería un buen aumento, pero hay que partir de la base que ahora esos ingresos sólo ocupan el 20% del presupuesto global», aseguraba ayer Ramón Rosselló, subdirector general de Bancaja en Balears y persona estrechamente vinculada a la entidad de Son Moix.

El Mallorca recibirá la temporada 2002/03 unos 9 millones de euros en conceptos televisivos, algo que Rosselló considera «insuficiente». «Con eso no basta para alcanzar un presupuesto de 33 millones, por lo que es necesario regular el coste de los nuevos fichajes y realizar algún traspaso a final de curso, tal y como se ha venido haciendo hasta ahora», agregaba.