Negociar un nuevo contrato televisivo que reporte al club unos 40
millones de euros en cuatro años, reducir en un 40% las fichas de
las futuras contrataciones, movilizar los pagarés admitidos en el
traspaso de Albert Luque y que ascienden a 15 millones de euros y
la venta de algún jugador al cierre de la presente temporada. Esas
son las claves de la supervivencia económica del Mallorca a corto
plazo, los puntos sobre los que se va a apoyar la entidad para
seguir subsistiendo al margen de la propiedad. Siempre ligada a una
política económica de alto riesgo, la SAD balear ha trazado las
líneas sobre las que va a circular en los próximas campañas,
amparado en su gran patrimonio y en la alta rentabilidad que ha
tenido hasta ahora su cantera.
El Mallorca se encuentra entre el paquete de clubes que están
negociando una mejora del 3 al 4% en sus ingresos televisivos. El
club, que ha conferido sus derechos a la Liga de Fútbol Profesional
(LFP) para que redacte un nuevo contrato con Audiovisual Sport,
espera que el acuerdo le reporte entre 35 y 40 millones de euros
para los próximos cuatro años, algo que abriría nuevas perspectivas
de futuro: «Sería un buen aumento, pero hay que partir de la base
que ahora esos ingresos sólo ocupan el 20% del presupuesto global»,
aseguraba ayer Ramón Rosselló, subdirector general de Bancaja en
Balears y persona estrechamente vinculada a la entidad de Son
Moix.
El Mallorca recibirá la temporada 2002/03 unos 9 millones de
euros en conceptos televisivos, algo que Rosselló considera
«insuficiente». «Con eso no basta para alcanzar un presupuesto de
33 millones, por lo que es necesario regular el coste de los nuevos
fichajes y realizar algún traspaso a final de curso, tal y como se
ha venido haciendo hasta ahora», agregaba.
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