El defensa Miquel Soler compareció ayer ante los medios para hablar, entre otros temas, de los árbitros. Foto: TOMÁS MONSERRAT.

TW
0

El vestuario del Real Mallorca se resigna a quedarse de brazos cruzados y con la boca cerrada ante las actuaciones arbitrales discutibles que está sufriendo durante estas últimas semanas. La actuación de Iturralde González el pasado domingo en el Calderón fue la gota que hizo reventar el vaso y más después de hacerse oficial que el Comité de Competición ha sancionado con dos partidos a Harold Lozano, por la acción sobre el delantero rojiblanco, Fernando Torres.

Precisamente ayer el centrocampista del Mallorca hablaba de esta situación y se preguntaba si todos los estamentos «van a por nosotros». «Ni soy un jugador violento, ni reincidente y además, en esta acción, no fui con mala intención. Menos mal que no soy reincidente, de lo contrario me habrían metido seis», manifestó el jugador hispanocolombiano. La cuestión que invade ahora el vestuario es saber si hay que levantar más la voz, o por el contrario quedarse callado. «Cuando hablamos -dice Lozano- nos sacan tarjetas a todos y si te quedas callado más o menos igual», puntualizo el futbolista.

Miquel Soler también echó mano de su experiencia para hablar con criterio respecto a esta polémica cuestión que tiene en vilo a todo el mallorquinismo. «No sé si protestando conseguiremos algo -puntualizo el lateral- pero soy partidario de que, de vez en cuando, hay que dejarse oir. Si eres flexible, indulgente y piensas que las cosas ya cambiarán sin que tú hagas nada para que cambien, al final te acaban relegando a la última posición. Soy partidario de que hay que quejarse cuando realmente tienes motivos para ello», manifestó el lateral del Mallorca. La situación es ciertamente preocupante en la caseta bermellona, pero no sólo preocupan los errores arbitrales, también la propia estadística que presenta el equipo rojillo es temible. 6 puntos de los últimos 36 es, como mínimo, una situación que invita a la preocupación. «Estos números dan escalofríos», subrayó Miquel Soler. «La Copa nos ha mantenido distraídos estas últimas semanas pero ya no puede ser más un motivo de distracción. Si empezamos a esperar a ver que pasa la próxima jornada nos puede suceder lo mismo que el año pasado», reflexionó Soler.

Los jugadores del Real Mallorca no quieren ni pensar lo que supondría volver a meterse en los puestos bajos de la clasificación, como ya sucedió en el inicio de temporada. De cada semana hay menos tiempo para reaccionar y esto lo tiene muy presente el vestuario. «Si te metes abajo -dijo Lozano- es muy difícil salir y esto precisamente es lo que hay que evitar a toda costa. Para evitar esto todo empieza por ganar el domingo al Athletic», declaró el pivote del equipo mallorquinista. La necesidad de ganar empieza a ser incesante, aunque ganando un mínimo de cinco partidos, la categoría está prácticamente asegurada.