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Víctor Esquinas Torres, el árbitro que dirigió el partido de ida de la Copa del Rey entre el Deportivo y el Real Mallorca y que se inventó un penalti de Poli sobre Tristán, además de alargar cinco minutos el partido, volverá a dirigir al conjunto balear este sábado. El Comité, a través del ordenador, ha designado a este vecino de Peñarroya (Córdoba) para impartir justicia en el estadio Lluís Companys. No puede ser una designación peor y en el momento más inoportuno. Cuando todavía no se han apagado los ecos de su deplorable actuación en Riazor, los responsables del Comité vuelven a enfrentar al Mallorca con su peor enemigo.

Este colegiado es recordado por su deplorable actuación en el choque copero que enfrentó al conjunto balear y al deportivista en Riazor. En el minuto 89, Esquinas Torres fue el único que vio una acción de Poli sobre Tristán que, ni de lejos, era penalti. Él no lo dudó y con el marcador de cero a tres favorable a los rojillos, permitió al once de Irureta meterse en el partido. Manzano se ha referido en varias ocasiones a esta acción y lo último que llegó a declarar fue que se trató de una «decisión política para quedar bien con la afición deportivista», dijo acertadamente el técnico de Jaén. Esquinas Torres, con esta decisión polémica y «política» metió de lleno al equipo gallego en el partido y además le dio cinco minutos más de prórroga para que, a los 94, marcara el segundo y metiera, de lleno, al equipo de Riazor en la eliminatoria.

Ni que decir tiene que esta semifinal está plenamente abierta y, sin con cero a tres el Mallorca estaba ya sacando los billetes para la final, ahora le tocará sufrir hasta límites insospechados para poder inscribir su nombre en la que puede ser su tercera participación en una final del prestigio de la Copa del Rey. Pero Esquinas Torres no sólo falló en Riazor, esta temporada, en un partido de Liga, también hay un serio precedente y que está localizado en la jornada número once del campeonato. En el minuto 22 del partido liguero que enfrentó en Son Moix al Mallorca y al Villarreal, Palermo pidió el balón a Marcos y el futbolista del Mallorca pensó que era un compañero quien se la pedía y le dio el balón.