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Una nueva entrega del clásico balear puede servir para romper la dinámica que marca la clasificación y para demostrar que el Drac Inca rinde mucho mejor en Maó que en el Palau. Los de Xavi Sastre visitan al Coinga Menorca (21 horas) con la obligación de sumar la séptima victoria consecutiva, aunque los gualdinegros tendrán que superar un hándicap de primer nivel. Alberto Alzamora, ecuatro titular del Drac Inca y uno de los pilares de la recuperación, padece un esguince de tobillo que deja huérfano a los inquenses de uno de sus principales argumentos. Alzamora no entrenará, en principio, hasta el próximo martes, pero los servicios médicos de la entidad apuran todas las opciones existentes para poder contar en Maó con el ala-pívot, algo que parece imposible teniendo en cuenta el escaso margen temporal del que ha gozado para recuperarse.

Mucho han cambiado las cosas desde ese momento, aunque Menorca sigue manteniendo una regularidad que le llevó de forma directa a la Copa Príncipe y convierte a su quinteto en uno de los más solventes de la LEB. Por su parte, el Drac Inca es una escuadra que presenta una imagen radicalmente opuesta. Los mallorquines se presentan en el clásico como el segundo mejor equipo del último tramo de competición regular.

En estas circunstancias, Sastre deberá exprimir al máximo sus recursos en un encuentro a vida o muerte. Si el Inca se juega evitar el descenso y consolidarse en la parte tranquila -sin descartar las posiciones de playoff-, Coinga Menorca intenta mantener el frenético ritmo imprimido por Etosa Murcia y Unelco Tenerife. Por su parte, Curro Segura no cuenta con sobresaltos -a excepción de unas leves molestias de Otegui- en una plantilla que recibió un duro correctivo en la cancha del Universidad Complutense y pretende reeditar el marcador del encuentro de ida, en el que los menorquines se impusieron por 67-84, un resultado que le costó el puesto a José Àngel Samaniego y precipitó la llegada de Sastre.