Por el momento, los especialistas tienden a apostar por Cascais
por la moderna infraestructura con la que ya cuenta y por tener una
larga experiencia en torneos náuticos. Sin embargo, Palma es un
serio rival para la ciudad portuguesa, pues se aprecia mucho el
apoyo incondicional que otorga el Rey de España a las Islas, así
como su gran tradición en el mundo de la vela y como lugar donde se
han celebrado eventos de gran importancia en este tipo de regatas.
Ahora le tocará a este país decidir las condiciones, la fecha y el
lugar en que se realizará la próxima Copa América. Las
posibilidades de realizar el torneo en el lago suizo Lemán han
quedado prácticamente descartadas, pues a pesar de su extensión
-580 kilómetros cuadrados- y tener las corrientes de viento
necesarias, los alquileres de los terrenos circundantes son
demasiado elevados como para pensar en instalar allí las bases de
quince equipos.
Los principales criterios para elegir la sede serán la
constancia del viento, sus calidades deportivas, la infraestructura
que pueda poner a disposición de los competidores (alojamiento,
transportes y comunicaciones), su atractivo turístico y,
finalmente, la seguridad y el apoyo político de sus autoridades.
Así pues pasados los momentos de eufória, los próximos meses serán
decisivos para conocer donde se disputa la edición europea de la
regata más prestigiosa del mundo.
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