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El brasileño Rubens Barrichello (Ferrari) y el colombiano Juan Pablo Montoya (Williams BMW), segundo y tercero el pasado año respectivamente, encabezan la oposición para evitar que el alemán Michael Schumacher (Ferrari) sume su sexto campeonato del mundo de Fórmula Uno.

Barrichello, además, lidera la representación brasileña, que este año contará con otros dos pilotos que debutarán en la máxima categoría, Antonio Pizzonia, que lo hará al volante de un Jaguar, y Cristiano Da Matta, que pilotará para Toyota. El principal rival de Michael Schumacher será sin duda alguna Juan Pablo Montoya, que desde su irrupción en la Fórmula Uno hace dos años ha demostrado ser de los pocos pilotos que no se dejan intimidar por el alemán en la pista.

El principal problema de Montoya para batir a Schumacher es sin duda alguna la inferioridad de su coche y hasta que no comience la competición el próximo fin de semana en Australia, no se podrá saber si los técnicos de Williams-BMW han logrado acortar diferencias con respecto a los Ferrari. En la presentación del nuevo Williams FW25, Montoya confesaba que tenía «hambre de victorias» (tan solo logró vencer en un Gran Premio, el de Italia en 2001), pero de lo que pocos dudan es que el colombiano dará lo mejor de si mismo por batir Michael Schumacher, si los medios se lo permiten.

Rubens Barrichello demostró el pasado año que podía batir a Michael Schumacher cuando las cosas le salían bien y el equipo se lo permitía y es precisamente Ferrari, su escudería, y no el piloto alemán quién le podrá mas trabas para desbancar a su compañero.

A pesar de los intentos por suprimir las órdenes de equipo, de que este año las comunicaciones de radio entre los pilotos y los equipos serán accesibles a los telespectadores, nada hace pensar que vaya a cambiar en la situación de Barrichello en Ferrari como piloto número dos. El piloto paulista deberá conformarse con lo que le dejen y, quizá, de nuevo luchar con Montoya por el subcampeonato que a nadie consuela.