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Las instituciones ya han puesto en marcha la maquinaria para que la marea roja invada el escenario de la final. Los primeros en mover pieza han sido Govern balear y Consell de Mallorca. El primero, en boca de Francesc Antich, ha puesto a disposición del club mallorquinista todo el apoyo que esté a su alcance, una ayuda siempre supeditada y relacionada directamente con el convenio de colaboración existente entre Govern y Real Mallorca. Antich ya ha mostrado su predisposición y su apoyo incondicional e indiscutible, como aficionado, a los colores del Mallorca.

Desde el Consell se preparan una serie de actuaciones de este calibre, que también tienen como fin permitir el éxodo mallorquinista. Así, se pretende poner en marcha una vía de ayuda económica para recortar el precio del desplazamiento a los seguidores. Además, dentro de este paquete de actuaciones aún a concretar, se incluiría un pequeño obsequio para dar color a la grada en un encuentro que, a buen seguro, se disputará en horario nocturno.

En una rueda de prensa celebrada para dar a conocer la lista autonómica del PSIB-PSOE para Mallorca, Antich recordó que la máxima entidad deportiva del archipiélago y el Govern firmaron en su día un convenio de colaboración, a partir del cual se podría idear algún sistema para abaratar el desplazamiento de los hinchas del Mallorca. «Ambas instituciones haremos lo posible para que esta final, cuyo lugar de celebración aún se desconoce, sea una gran fiesta. Para todos los mallorquines es una gran satisfacción tener un equipo que ha llegado a esta fase», comentó Francesc Antich ante los medios de comunicación.

Por ello, y tras recalcar las «buenas relaciones» que ha mantenido el Govern con el Real Mallorca durante toda la legislatura, consideró que «no habrá demasiados problemas» para buscar «fórmulas» que permitan ofrecer descuentos a los aficionados bermellones. El objetivo prioritario es facilitar en la medida de lo posible el traslado de los aficionados, ayudando económicamente a la hora de adquirir los billetes. Dentro de esta estrategia, el Consell de Mallorca pretende mantener la línea de cooperación que tuvo un precedente en la final de la Copa del Rey del año 98, celebrada en Valencia y en la que los chubasqueros facilitados a tal efecto fueron uno de los objetos simbólicos del encuentro de Mestalla.