Dos reyes de la pista, el etíope Haile Gebreselassie y la
estadounidense Gail Devers, evitaron que García, en 3.000 metros, y
Alozie, en 60 metros vallas, se proclamaran campeones mundiales en
Birmingham y obligaron a los dos españoles a conformarse con una
plata que les mantiene entre los mejores del planeta.
Las dos medallas de plata para España en la última jornada
entraban dentro de la lógica. El bronce de Mayte Martínez en 800,
por el contrario, viene a confirmar la impetuosa progresión de la
atleta vallisoletana, que para subir al podio tuvo que batir a la
plusmarquista mundial, la eslovena Jolanda Ceplak en un final de
carrera de lo más intenso.
Martínez, que ya había batido el récord de España en semifinales
con 1:59.82, volvió a batirlo en la final con 1:59.53 pese a los
golpes que recibió, primero de María Mutola, la vencedora, que le
desgarró la piel en la rodilla
izquierda, y luego de Ceplak.
Reina se quedó a cuatro centésimas de la medalla de bronce en 800,
pese a que no había preparado este Mundial. Sus planes de
entrenamiento no cambiaron en busca de una adecuada puesta a punto,
pero la sucesión de carreras le bastó para afinar.
La final de 800 se rompió al entrar en la última vuelta y Reina
perdió dos metros que luego le costó mucho recuperar. La curva
cerrada de la pista y la meta instalada casi a media recta dejaban
poco espacio para recuperar. Aun así, el cuarto puesto, conseguido
casi sin proponérselo, alimenta sus esperanzas para los Mundiales
de París, en agosto, la última estación previa a los Juegos
Olímpicos.
Conchi Montaner llegó a Birmingham con la tercera mejor marca
mundial del año en longitud (6.78), se ahorró la calificación
porque hubo final directa y, sin embargo, fracasó con estrépito.
Con un mejor salto de 6,34 metros la española fue la única de las
nueve finalistas eliminada después de la tercera ronda.
Por el contrario, la cántabra Ruth Beitia se creció ante las
mejores del mundo en la final de altura. Llegó a igualar su récord
de España con 1,96 y terminó en un magnífico quinto puesto que
corona una gran campaña invernal. Para el año próximo, año
olímpico, Ruth Beitia ya piensa en saltar los dos metros.
Al madrileño Jesús España le cupo el infortunio de ser
descalificado en la final de 3.000 metros. El jurado consideró que
obstruyó de forma antirreglamentaria a un adversario y le borró de
la clasificación después de haber llegado en el cuarto lugar, que
daba derecho a un premio de 8.000 dólares y a una beca olímpica A
que le abre las puertas de la cita de Atenas'2004, aunque la
siguiente estación para los medallistas y el grueso del resto de
los atletas que participaron es el Campeonato del Mundo al aire
libre, a disputarse este verano en París.
Manolo Martínez abrió una senda que se ha cerrado con más
metales en una última jornada que ha consolidado a España como
potencia universal.
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