Julián Robles se abraza a Samuel Etoo tras conseguir el gol que igualó la contienda ante el Athletic. Foto:TOMÁS MONSERRAT

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Julián Robles ha pasado a engrosar la poblada enfermería del Real Mallorca. El centrocampista mallorquín dio el gran susto en el entrenamiento de ayer al sufrir un choque con Fernando Niño en el que la rodilla izquierda de Robles se llevó la peor parte. El jugador abandonó el entrenamiento entre sollozos y con una buena dosis de miedo.

Finalmente se descartó una rotura de ligamentos y el pronóstico del doctor Pericás fue preciso. Robles fue sometido a primera hora de la tarde de ayer a una serie de exploraciones que confirmaron una lesión meniscal interna en su rodilla izquierda, que no lleva consigo algún tipo de lesión asociada. El jugador necesitará de tratamiento quirúrgico, probablemente una artoscopia, para poner punto a la reparación de la lesión e iniciar un proceso de rehabilitación que se puede prolongar durante un mes y no pasará de las siete semanas.

Esta lesión supone un serio contratiempo para el medio, que no ha acabado de entrar en los planes de Gregorio Manzano, y abre a la vez las puertas a Marcos, que se plantea como su alternativa y garantía a la hora de suplir a Harold Lozano si el equipo lo precisara. Robles es baja segura para el encuentro ante el Valladolid, para el que puede ser novedad Fernando Niño. El central gaditano se entrenó ayer con normalidad junto al resto de sus compañeros y se une a Alejandro Campano dentro de la lista de recuperados.

Pese a todo, Gregorio Manzano cuenta con una serie de dudas importantes a la hora de afrontar el vital encuentro del domingo frente al cuadro de Pepe Moré. Miquel Àngel Nadal y Javier Olaizola son bajas seguras al seguir con su proceso de rehabilitación y desarrollar un trabajo a caballo entre el césped y el gimnasio. Por su parte, Vicente Fernández no acaba de ver la luz. Después de regresar a la competición tras más de un año de ausencia forzada, el catalán padeceuna sobrecarga rotuliana que evoluciona favorablemente, aunque las molestias se centran en la cicatriz que dejó la operación.

Al margen, Ibagaza y Miquel Soler arrastran una serie de molestias que preocupan. El mediapunta entrena a un ritmo inferior al padecer lumbago. Soler es víctima de una distensión en el cuadrado lumbar derecho. En lo que se refiere a Albert Riera, a finales de esta semana o principios de la próxima le será retirada definitivamente la protección que luce en su brazo.