ESPAÑA: Iker Casillas (**), Míchel Salgado (**), Helguera (**), Marchena (*), Raúl Bravo (*), Albelda (*), Xavi (*), Joseba Etxeberria (*), Raúl (**), Valerón (**) y Tristán (**).
Cambios: Joaquín (**) por Etxeberria, Vicente (**) por Xavi y Baraja (**) por Valerón.
ARMENIA: Berezovski (**), Vardanyan (*), Hovsepyan (*), Dokhoyan (*), Melikyan (*), Sarkisian (*), Voskanyan (*), Petrosyan (*), Khachatryan (*), Artavazd Karamyanb (**) y Arman Karamyan (**).
Cambios: Mkhitaryan (-) por Petrosyan, Minasyan (-) por Khachatryan y Bilibio (-) por Artavazd Karamyanb.
Arbitro: Alon Yefet (Israel). Amonestó a Melikyan, Valerón y Baraja.
Goles:
1-0, Minuto 63, Tristán.
2-0, Minuto 69, Iván Helguera.
3-0, Minuto 93, Joaquín.
José A. Pascual|LEÓN
La selección española cumplió con más pena que gloria el primero de los objetivos marcados en el partido ante Armenia, un triunfo que le asienta en el liderato del grupo 6, aunque para ello tuvo que sufrir durante 60 minutos y recurrir a su esquema táctico habitual.
La alineación inicial de Iñaki Sáez, con Valerón, Raúl y Tristán, dejaba huérfana la banda izquierda y cojo a todo el equipo, tanto que el problema en el que se convirtió la contienda se resolvió sólo cuando compareció el valencianista Vicente en dicha zona y la disposición fue la tradicional de la era Sáez. Hasta entonces todo fueron penurias, dudas, momentos angustiosos, imprecisiones, errores y hasta decepción para la afición de León, que acogía por primera vez en la historia un encuentro de la selección absoluta.
La entrada de Vicente ofreció las soluciones que necesitaba España para desbordar a un equipo sobre el papel inferior que, como en los dos precedentes anteriores, soñó durante bastante tiempo con dar la sorpresa. El primer periodo fue tan decepcionante para el conjunto de Iñaki Sáez como ilusionante para el del rumano Mihai Stoichita, que no sólo se dedicó a maniatar a los españoles sino que también asustó con algunas aproximaciones realmente claras.
Sáez acertó a la hora de definir a Armenia. Este modesto equipo maneja el balón con presteza y hasta calidad, pero la verdad es que los hombres de Sáez no apretaron y se limitaron poco menos que a ver cómo sus oponentes se desenvolvían con una fluidez asombrosa, tanta que Artur Petrosyan, del Young Boys suizo, y Artavazd Karamyan, del Panachaiki griego, gozaron de dos claras ocasiones para adelantarse en el marcador. Diego Tristán, el punta nato, fue, como no podía ser menos, el jugador que más remató y más peligro llevó, tras varias combinaciones acertadas entre Valerón y Raúl, pero entre la falta de acierto y el meta Roman Berezovsky, del Dinamo Moscú, España no pudo romper la resistencia de su rival.
El conjunto de Sáez se empeñó en entrar por el centro. Xavi y Albelda, que formaron el doble pivote en la medular, no encontraron soluciones, y hasta la grada mostró su desagrado en alguna fase por el pobre juego de España, que perdió poco antes del descanso a Joseba Etxeberria, lesionado tras una dura entrada, lo que permitió la entrada del bético Joaquín, quien incluso hizo ejercicios preparatorios durante el intermedio. Sáez, a la vista de que el panorama era idéntico, no tardó en buscar remedios al desequilibrio ofensivo existente por la carencia de banda izquierda. Para ello mandó al banquillo a Xavi y metió a Vicente, con lo que Valerón retrasó algo su posición.
Este tipo de encuentros cuando se complican lo hacen de verdad, y es lo que le ocurrió a España, que comenzó a jugar contrarreloj y a sufrir cada vez que los armenios cruzaban su campo. Pero para fortuna del cuadro de Iñaki Sáez, Marchena cortó un balón en la medular, introdujo el balón a Vicente y el centro desde la izquierda del valencianista lo remató con suavidad Diego Tristán para 'abrir el melón' de Armenia.
Fue un momento clave porque el partido se le había puesto más que difícil a la selección española, hasta el punto que la paciencia comenzaba a fallar, pero lo cierto es que ese gol fue tan determinante que sentenció el partido. Armenia bajó los brazos al ritmo de los envíos de Vicente. Un córner lanzado por el zurdo valencianista, cuatro minutos después, acabó en gol de cabeza de Iván Helguera.
El choque fue ya tranquilo y plácido para España, cuyo fútbol no encandiló, ni mucho menos, pero a la vista de cómo se había puesto el partido asegurar el triunfo era la empresa sin pensar ni en buen fútbol ni en goleada. Pero el público leonés encontró su premio con el último gol, el mejor, conseguido por Joaquín con una preciosa vaselina tras un medido pase en vertical de Raúl. El primer gol del jugador bético con la selección fue el mejor colofón al partido.
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