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Miguel Luengo|VALENCIA
Juan Carlos Ferrero cumplió el guión y Carlos Moyà cambió el rumbo de su historia para ganar los dos primeros puntos de la eliminatoria contra Croacia y situarse a sólo un paso de las semifinales del Grupo Mundial de la Copa Davis. Ferrero, número uno del equipo español, derrotó a Mario Ancic, por 6-4, 6-2 y 7-6 (1), mientras que Moyá logró la primera victoria en cuatro enfrentamientos contra el temible Ivan Ljubicic, por 6-7 (5), 6-1, 6-4 y 6-4. Hoy, sábado, a partir de las 13.45 horas España podía firmar su pase a las semifinales si Àlex Corretja y Albert Costa vencen a Ljubicic y Lovro Zovko en el doble.

Así las cosas, el conjunto que capitanea Jordi Arrese responde a las expectativas. No en vano entre los cuatro jugadores convocados reúnen 48 títulos, dos de ellos del Grand Slam, mientras que Croacia se ve amparada únicamente por experiencia y la clase de Ljubicic, con un solo torneo en su palmarés. No obstante, esta competición, diferente a cualquier otra, podría haber pesado ayer sobre Juan Carlos Ferrero a quien le correspondió abrir el turno ante su afición. Y el valenciano, a pesar de los nervios iniciales, pero animado por los casi 7.000 aficionados que se dieron cita en el CT Valencia, no se arrugó.

Juan Carlos mantuvo la calma y recordando que ya se había impuesto a Ancic en una superficie adversa como la del Abierto de Australia en enero, logró abrir la brecha y dejar fuera de combate a uno de los jugadores con futuro más prometedor. Apoyado en un convincente servicio, que no perdió mas que una sola vez, el finalista del pasado Masters de Shanghai, llevó el partido a su terreno. La táctica era desgastar al joven Ancic de 19 años, aguantar su servicio e intentar calmar sus nervios en las situaciones clave. Y todo lo hizo correctamente, porque de 10 puntos de ruptura que tuvo el croata, Ferrero salvó nueve, Ancic hizo 9 «aces» por ocho del valenciano, y cuando el de Split inició una reacción el de Villena logró controlarla.

Con la confianza del punto ganado, Carlos Moyá saltó a la pista para borrar su negativo récord de tres derrotas frente al mejor jugador croata Ivan Ljubicic, algo que tenía en mente desde que pisó tierras valencianas el lunes por la tarde tras luchar en la final de Cayo Vizcaíno. Ljubicic, héroe en la anterior confrontación contra EEUU, en la que ganó los tres puntos en los que intervino, fue presa al fin del mallorquín que cerró el duelo en dos horas y 57 minutos, con un saque directo. El servicio del croata marcó la cita, para lo bueno y para lo malo, porque si bien conectó 19 «aces» también cometió 12 dobles faltas, un pecado muy grave. Moyá le fulminó.