Mateu Alemany, junto a Dimitri Piterman durante la Asamblea General Extraordinaria de la LFP que se celebró ayer en Madrid.

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La asamblea general extraordinaria de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) decidió ayer no iniciar la próxima temporada las competiciones oficiales organizadas por la misma, hasta concretar una solución satisfactoria en la venta de los derechos audiovisuales de todos los clubes. Un total de 30 clubes -todos los de Segunda, más Mallorca, Celta, Racing, Osasuna, Valladolid, Recreativo, Rayo Vallecano y Alavés- adoptaron esta decisión con 28 votos a favor, uno en contra -del Murcia- y una abstención, que fue la del Valladolid por enfermedad de su presidente.

Aunque la Asamblea estuvo marcada por la ausencia de doce clubes (Real Madrid, Barcelona y At.Madrid -los tres que tienen ya nuevo contrato televisivo-, Deportivo, Athletic, Real Sociedad, Betis, Sevilla, Valencia, Villarreal, Málaga y Espanyol), el presidente de la Liga, Pedro Tomás, insistió en que el fútbol español está en «una situación de conflicto de intereses» por la negociación de los derechos. «Estamos en un momento de dificultad. No me preocupa una fractura en la Liga. La realidad es la falta de un contrato de televisión para la mayoría, para poder iniciar la competición con solvencia y competitividad. Mi voluntad es aglutinar esfuerzos para que este objetivo se resuelva».

La Liga, que no precisó las ofertas para el nuevo contrato ante la conclusión del vigente, el 30 de junio, anunció que «negocia con varios compradores para lograr una oferta al alza para los 39 clubes que aún no tienen contrato y asegurar una explotación óptima en televisión de los derechos de los 42 clubes asociados». Pedro Tomás, que se mostró partidario de la venta colectiva de los derechos, también manifestó su disposición al diálogo para determinar la forma de distribuir los ingresos procedentes de la televisión, y reiteró que «el mensaje dado por los clubes reunidos hoy es el de unidad».