Un nutrido grupo de aficionados aguarda a que las taquillas del estadio de Son Moix se abran. Foto:G.P.

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Poco más de media hora bastó para que las 1.200 reservas de entradas que quedaban disponibles para los no socios se agotaran. Después de horas de kilométricas colas, un millar de aficionados se quedaban con el pasaje en la mano, pero sin una localidad para presenciar la final de Copa del Rey que enfrentará al Real Mallorca y el Recreativo de Huelva el próximo sábado 28 de junio en el Martínez Valero de Elche.

Las colas se prolongaron a lo largo de toda la tribuna de sol del estadio de Son Moix, e incluso hubo gente que pasó la noche a la intemperie para poder lograr una buena ubicación en las taquillas. Dadas las circunstancias, la maquinaria del Real Mallorca se ha puesto en marcha para intentar obtener un nuevo paquete de entradas por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). El gerente y el responsable de relaciones externas, Pedro Terrasa y Joan Frontera, se han marcado como objetivo incrementar el aforo de mallorquinistas. En ese caso, el proceso volvería a iniciarse, aunque las molestias ocasionadas a los aficionados han dejado mella.

Después de que los abonados agotaron 11.415 reservas de localidades y gracias a que el club balear consiguió 900 entradas más, el resto de seguidores que ya habían adquirido su pasaje luchó por un cupo reducido de entradas. Indignación fue el sentimiento presente entre los aficionados que se quedaron sin entrada, y que esperan a conocer cuál será el futuro del dinero invertido en un billete de barco o avión que carece de sentido. Algunos de ellos expresaron su queja hacia el Real Mallorca y las agencias de viajes, e incluso alguno amenazó con presentar una denuncia por estafa en el juzgado de guardia contra el club mallorquinista.