Regresó a la elite. El San Francisco, tras ocho años anclado en
Autonómica, se codeará el próximo año con los mejores equipos de la
categoría nacional.
Tras una liga regular marcada por la incertidumbre, los de Pep
Sansó firmaron su pasaporte para la liguilla final tras ganar en
Can Valero a la Penya Arrabal y acompañaron al Cide, la Penya Santa
Eulàlia y el Sant Lluís de Menorca en una fase final
apasionante.
Con la etiqueta de favorito, el Cide de Quique Buendía inició la
fase de ascenso con autoridad y confirmaba su papel ante un San
Francisco que seguía su estela. Sin embargo, en Son Fuster, cuando
el Cide tenía el partido ganado 1-2, en el minuto 92 el portero
Mayans subió a rematar un córner, anotó gol y empató a dos dando un
vuelco no solo al partido sino a la liguilla. El Cide acusó el
golpe, perdió en Ibiza y empató en Menorca mientras el San
Francisco sumó dos victorias heroicas, sobre todo en Menorca, donde
de nuevo Mayans salvó a su equipo deteniendo dos penaltis.
Fue la clave de la liguilla. La actuación de Mayans a lo largo
de todos los encuentros permitió al San Francisco llegar al último
partido con tres puntos de ventaja sobre un Cide tocado. Y de nuevo
su figura apareció en el partido definitivo justo cuando el partido
agonizaba. Sacó una mano espectacular a un tiro del jugador del
Cide Santos y dio la gloria a un San Francisco que sobre todo no
mostró fisuras.
Históricamente, el San Francisco siempre ha sido una referencia
en mapa futbolítico balear, aunque llevaba demasiado tiempo alejado
de la División de Honor, el escenario idóneo para completar la
formación de futbolistas con proyección.
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