Vistalegre resucita a un Estudiantes que mantiene sus opciones

ADECCO ESTUDIANTES (27+17+19+22):Brewer (10), Jasen (10), Jiménez (13), Reyes (9), Keefe (4) -cinco inicial-, Loncar (24), Azofra (2), Gabriel (0), Iturbe (4), Vidaurreta (2) y Misó (7).

F.C. BARCELONA

(16+17+18+16):Jasikevicius (8), De la Fuente (2), Bodiroga (9), Fucka (7), Dueñas (11) -cinco inicial-, Navarro (5), Femerling (8), Alzamora (2), Bravo (2) y Rodríguez (13).

Àrbitros:Ramos, Hierrezuelo y García González. Excluyeron por personales a De la Fuente (m.40). Señalaron técnica a Jasikevicius.

Efe|MADRID

La cancha más poblada de Europa, un coso taurino capaz de reunir a quince mil personas para ver baloncesto, reavivó la agonizante semifinal Barcelona-Estudiantes. El Barça aterrizó en Vistalegre con el seguro de vida que representa el 2-0 en una semifinal para encontrarse con un público susceptible a cualquier sonido de los silbatos y un equipo, el Estudiantes, poseído, en estado de catarsis, herido en su amor propio, obsesionado con hacer valer su baloncesto y saldar las cuentas pendientes que traía en la maleta del puente aéreo.

El Estudiantes mordía, no daba un balón por perdido y jugó una defensa impecable, atenta a las ayudas, perfectamente estudiada en todos los movimientos sobre Bodiroga y Fucka, blindada en el rebote y con la mezcla justa de eficiencia y agresividad. La magnífica integración del banquillo local a la dinámica de juego impuesta sobre la pista anunció el cuarto choque con muchísimo tiempo por delante a pesar de tratarse del Barcelona, un experto en finales apretados, la mejor especialidad de Bodiroga y el, en esta ocasión, apagado lituano Sarunas Jasikevicius.

En esta ocasión, el Barça no iba a tener la posibilidad de cambiar su suerte al filo de la bocina. A ocho minutos del final, con Reyes obcecado en pelearlo todo, la grada encendida y 18 puntos de distancia entre los colegiales y los de Pesic (69-51), un cataclismo permitiría un epílogo igualado.