IRLANDA DEL NORTE: Taylor, Baird, McCartney, Aaron Hughes, Kennedy, Healy, Griffin, Doherty, Johnson, Jones y Smith.
Cambios: Toner por Doherty, McVeigh por Jones y Williams por Healy.
ESPAÑA: Iker Casillas, Puyol, Marchena, Helguera, Juanfran, Sergio, Baraja, Joseba Etxeberria, Valerón, Vicente y Raúl.
Cambios: Morientes por Vicente, Joaquín por Sergio y De Pedro por Joseba Exteberria.
Àrbitro: Claus Bo Larsen (DIN). Amonestó a Johnson y De Pedro.
José A. Pascual|BELFAST
España rubricó en Belfast la caída libre iniciada el sábado ante Grecia y, con un paupérrimo partido que le reportó un patético empate a cero ante Irlanda del Norte pierde la iniciativa del grupo y sus opciones de clasificarse directamente para la Eurocopa 2004 quedan a merced de Grecia. Si pocos esperaban un tropiezo en La Romareda, menos aún auguraban que ocurriera en la capital norirlandesa, donde España cuajó una mala actuación, sin paliativos.
El encuentro fue para no olvidarlo, para aprender, para sacar buena nota de lo que no hay que hacer. Ni siquiera las ocasiones que crearon los hombres de Sáez y la mala suerte puede ocultar una actuación más que pobre. Irlanda del Norte, un equipo que se presentaba con un bagaje de 882 minutos sin marcar, diez encuentros sin ganar y más allá del 'top 100' de la clasificación de la FIFA, no puede ser nunca un enemigo que plantee problemas a todo un conjunto español, ni siquiera en esta fase de la temporada tan avanzada, con los jugadores al límite de las reservas.
Para colmo, Doherty y McCartney, en la primera parte, estuvieron a punto de dar un disgusto más que serio a España, que tuvo en Iker Casillas a su salvador. Los cambios introducidos por Sáez respecto al sábado ante Grecia no modificaron el panorama, porque al equipo le faltó de casi todo con el balón en su poder. Irlanda del Norte, consciente de sus tremendas limitaciones, optó por la presión y por cerrar espacios y anular las pocas ideas de España.
Sergio y Baraja estuvieron intermitentes, a veces imprecisos, en la conducción, Vicente ratificó que está muy lejos de su mejor momento, y Joseba Etxeberria, el más activo y mejor, lo intentó. Se desbordó en alguna que otra ocasión, pero los centros fueron otra vez imprecisos y cuando se encontró el destinatario apareció el meta Taylor para evitar con lo que podía el gol, como en un remate de Raúl que salvó con su pie derecho.
Entre la falta de acierto en el área norirlandesa y de dinamismo para romper la línea de contención, combinada con precipitaciones incomprensibles para llegar al ataque, España reiteró las sensaciones de impotencia mostradas ante Grecia en La Romareda. El público festejó como un triunfo el haber llegado al descanso con un empate a cero en el marcador. Su equipo, plagado de bajas y de novatos, tanto que se le calificaba como de 'jóvenes leones', había conseguido plantar cara a un enemigo tan ilustre y poderoso.
La situación se agravó aún más en la reanudación, porque la selección, pese a un par de ocasiones de Baraja y Vicente llegó menos y porque la pobre imagen se agravó por momentos. Afortunadamente para España volvió a surgir la figura de Iker Casillas para salvar un uno contra uno ante David Healy (m.56) ante la desesperación de la hinchada local que tocaba la gloria porque su equipo se crecía en defensa e incluso se atrevía a salir aunque tenía tan solo al joven Andy Smith en punta.
Sáez no tuvo más remedio que intentar remediar la situación. Dio entrada a Morientes y Joaquín en lugar de Sergio y Vicente. Joseba Etxeberria se cambió a la banda izquierda, mientras que Raúl y Valerón retrasaron algo su posición. El acoso de una España al borde de la desesperación comenzó a ser tan insistente como ineficaz. Joseba Etxeberria, el más acertado, desequilibró una y otra vez y llegaron un par de claras ocasiones de Joaquín y Morientes, pero la mala fortuna se cebó en forma de dos zagueros norirlandeses que evitaron el gol.
Irlanda del Norte, que ya había evitado en este feudo la derrota ante Ucrania, se defendió como gato panza arriba y acabó por dejar a España en una situación absolutamente inesperada, a merced de Grecia, que venció hoy a la selección ucraniana. Los graderíos al final estallaron de júbilo y los jugadores españoles, impotentes y nerviosos, incluso se enzarzaron con unos rivales que no se lo podían ni creer.
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