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La afición mallorquinista se lo ha montado muy bien. Más de catorce mil seguidores bermellones se van a trasladar a Elche para presenciar la final de la Copa del Rey, la ocasión en la que el éxodo ha sido mayor, pero no ha habido ningún agobio. Las salidas fueron ayer escalonadas y transcurrieron sin ningún tipo de incidentes.

Mientras la mitad de los seguidores elegían la rapidez del avión para trasladarse a Valencia y Alicante, la otra mitad han preferido el barco. Son entre seis y once horas de viaje, pero los más jóvenes se han decantado por una opción que les permitirá vivir casi 48 horas de fiesta.

El grueso de los aficionados que se han decantado por el barco salen en la mañana de hoy, pero ayer centenares de seguidores comenzaron su trayecto. Vestidos con camiseta roja y con las mochilas cargadas de ilusión comenzaron a vivir la final. La tranquilidad presidió la subida de los seguidores a los barcos, pero en cuanto se encontraban en el barco se iniciaron los cánticos.