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Carlos de Torres|SEDAN
Baden Cooke, el último producto de velocistas de la escuela australiana que viste la camiseta de la Francaise des Jeux, siguió animando la fiesta ciclista a su país al adjudicarse al 'esprint' la segunda etapa, tras la que su compañero y compatriota Bradley McGee conservó el maillot amarillo.

Cooke, a sus 24 años, ya se codea con los mejores y su palmarés se dispara a 27 victorias. La de ayer en Sedan le confirma como una estrella de futuro, dotado de descaro y valentía en la recta final, donde no se arruga ante nada ni nadie.

El australiano, compañero y amigo del líder McGee invirtió un tiempo de 5h.06.33 en los 204 kilómetros que separan La Ferté Sous Jouarre de Sedan, etapa en la que superó al francés Nazon y el estonio Kirsipuu. La cuarta plaza fue para el alemán Zabel, quien no pudo celebrar su cumpleaños como había soñado. Freire llegó undécimo.

Con esta victoria Cooke se alza al tercer puesto de la general, por detrás del británico Millar, segundo. Un éxito que firmó además la desgracia del francés Frederic Finot, del Delatour, quien se hundió a 4 kms de meta después de una escapada de 195 kms. Fue el gran protagonista y animador del día, pero se quedó sin premio.

La general sigue manteniendo a Haimar Zubeldia, del Euskaltel, como primer español en la cuarta plaza y los favoritos viven tranquilos en un puñado de segundos con Armstrong décimo y Beloki a continuación esperando la cronometrada por equipos el miércoles. Bastante tienen con no caerse en estas primeras etapas de carácter nervioso.

Los franceses se siguen apuntando al protagonismo aventurero de las primeras etapas y el turno le llegó en la segunda a los modestos Lilian Jegou, del Credit Agricole, un hombre que a los 21 años cambió el balonmano por el ciclismo y Frederic Finot, del Delatour, menos anónimo que el anterior con una victoria en el Tour del Porvenir y en los Cuatro Días de Dunkerque, después de una galopada como la de ayer.

La travesura del dúo francés supuso otra paliza para los gregarios de los esprinters, o sea a los chicos del Fassa de Petacchi, del Lotto de McEwen y Rabobank de Freire, que deben de temblar cuando ven que los valientes de turno adquieren diferencias preocupantes. No sólo tienen que neutralizar la fuga, también tienen que preparar luego el 'esprint' del jefe.

Finot desplegó un torrente de energía en solitario, sufrió lo que no está en los escritos en busca de la victoria de su vida, pero en esta carrera nadie regala nada y las fuerzas tienen un límite hasta para el más dotado. Aún anduvo 30 kms antes de ser cazado a 4 kms de meta. La historia del Tour no le quiso albergar en sus páginas, optó por acordarse de un chaval joven que llenará muchas después de su estreno en Sedan.