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La Bahía de Palma volvió a ser el punto de encuentro de los amantes de las embarcaciones de época, que con motivo del XIX Trofeo Almirante Conde de Barcelona, organizado por la Fundación Hispania, convirtieron nuestras aguas en un bello museo de la náutica. Cerca de ochenta embarcaciones toman parte en la última gran regata de la temporada estival, que durante esta edición recupera su centro de operaciones en el Passeig Marítim.

Las regatas se iniciaron ayer y abarcarán hasta el próximo sábado, reservándose la mañana del domingo para la habitual Gran Parada, en la que estas joyas de la vela adquieren una dimensión más espectacular si cabe. El cierre del trofeo llega de la mano de la entrega de trofeos a los vencedores, en un emotivo acto que tiene como escenario el Palacio de La Almudaina. La participación está reservada a todas las embarcaciones de madera y acero, y según su año de construcción se engloban dentro de la categoría Época -botados hasta el 31 de diciembre de 1949-, o en la de Clásicos -botados entre el uno de enero de 1950 y el 31 de diciembre de 1974-. En ambas categorías se admite la participación de Réplicas. En función de las velas y aparejos, los barcos se subdividen en varias categorías.

Entre las tripulaciones que se dejan ver por la competición, destaca eGiralda, eGiraldilla, eSaltillo o eEva, único legendario William Fife español, construido en el año 1906 en Escocia y restaurado pacientemente en 1997. Tras la primera jornada de competición, eSal de William Holden brilló en la categoría de Clásicos, al igual que eWild Horses de Rodger Snell y eFátima de Diego Caro en Espíritu de Tradición. En Época, eAgneta de Marcus Schweiger fue uno de los grandes protagonistas del día.