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Nada en el Mallorca ha cambiado tanto como la sala de máquinas. Sin Albert Riera -traspasado al Girondins-, Ariel Ibagaza, Àlvaro Novo -vendidos al Atlético de Madrid- y Harold Lozano -acabó contrato y firmó por Pachuca mexicano- el cuadro balear se asoma al nuevo curso despojado de sus cuatro últimas grandes referencias en el centro del campo. La llegada de Gonzalo Colsa, que se suma a los fichajes de Jovan Stankovic y Txomin Nagore sustenta la compleja recomposición que está llevando a cabo la secretaría técnica balear, aunque todavía quedan varios cabos por atar a falta de tres días para que la Liga de Fútbol Profesional cierre el primer plazo para la inscripción de jugadores.

Hasta ahora, la conexión Son Moix-Manzanares ha propiciado la llegada a la Isla de tres futbolistas interesantes, aunque en el caso de Nagore y Colsa, de un perfil muy similar. Stankovic, que abre su segunda etapa en el Mallorca tras militar en el Olympique de Marsella y Atlético de Madrid, está llamado a ocupar la vacante dejada por Riera en el flanco izquierdo, aunque ha encontrado competencia en el canterano Toni González -Jaime Pacheco lo ha alineado como titular en los dos partidos de la Supercopa- y el club negocia también la incorporación del brasileño Nené (Santos). Se trata de un jugador que aglutina una gran calidad técnica, aunque sin experiencia en Europa y que tras los últimos movimientos de la entidad tampoco aparece como un objetivo prioritario.

De hecho, el mayor desequilibrio que ofrece la actual plantilla del Mallorca se produce en la banda derecha. La salida de Novo ha convertido a Alejandro Campano en el único argumento del equipo en esta posición. Días atrás, el Mallorca se fijó en Fernando Sales, aunque las elevadas exigencias económicas del Valladolid han frenado la operación.