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José Antonio Diego|PARÍS
Yago Lamela dio a España su tercera medalla en los Mundiales de París pero la calidad del metal, bronce, no alcanzó a cubrir sus expectativas de suceder a Iván Pedroso como campeón del mundo de longitud en una jornada tan gris como el tiempo para el equipo español.

El estadounidense Dwight Phillips arruinó las esperanzas de Lamela con un salto de 8,32 que le dio la medalla de oro, y el jamaicano James Beckford amargó aún más la noche al español relegándole al tercer puesto con un salto de 8,28, seis centímetros más que el asturiano.

La calificación había dejado fuera al más grande, el cubano Iván Pedroso, cuádruple campeón mundial, que se lesionó el tobillo derecho en su primer salto, y también había caído el segundo en el ránking mundial, el americano Savante Stringfellow, igualmente lesionado. El camino hacia la medalla de oro había quedado, por tanto, aún más desbrozado para el español, que en vísperas de la final aseguró que sólo temía a la lluvia. Y la lluvia compareció en el Estadio de Francia aunque, por fortuna para los atletas, uno de los pasillos de saltos se encuentra, en parte, a cobijo de las inclemencias del tiempo.

Dwight Phillips se aseguró la última palabra en el concurso al cerrar en cabeza la tercera ronda con una marca de 8,22. Lamela, que había empezado con 8,04, se fue en el cuarto intento a 8,16, una marca que le daba, provisionalmente, la plata. En la quinta ronda, Lamela igualó los 8,22 de Phillips, pero su segundo mejor salto (8,16) era más largo que el segundo del americano (8,09). El español se ponía en cabeza y el oro pendía del último salto.

El jamaicano James Beckford, pese al frío ambiental, puso al rojo vivo la final con un salto de 8,28, pero Phillips reaccionó con 8,32. El último esfuerzo de Lamela resultó nulo por milímetros. Pidió que se midiera, pero los jueces se ratificaron en su decisión.

Antonio Reina se quedó a las puertas de la final de 800. Corrió muy bien la tercera serie, saliendo en el momento justo, al desembocar en la recta, pero el italiano Andrea Longo y el sudafricano Ezekiel Sepeng se quedaron con los puestos de acceso directo.

El registro del andaluz le dejaba fuera de la última carrera. Para estar en ella habría tenido que bajar de 1:46.07, el peor de los dos tiempos que entraron en la final.

Bajo una lluvia fina pero persistente, Ruth Beitia y Marta Mendía empezaron la calificación de altura. A medida que el agua se fue calmando las dos españolas se fueron entonando. Beitia tuvo un fallo en 1,80 pero fue el único. A partir de ahí saltó limpiamente 1,85, 1,88, 1,91 y 1,93. Mendía se quedó en 1,91 y eso le costó la eliminación. Natalia Rodríguez, Nuria Fernández y Dori García, las tres españolas en las semifinales de 1.500 corrieron la misma suerte: todas eliminadas y sin haber tenido opciones en carrera.