Si alguien guardaba dudas sobre las prioridades de Luis
Aragonés, esta noche lo tendrá todo mucho más claro. Europa se ha
convertido en un escenario de segundo orden para el Mallorca, que
afronta la segunda eliminatoria de la Copa de la UEFA despojado de
sus principales argumentos. Copenhague será tierra de cambios y
también de oportunidades para una plantilla a la que el calendario
se le ha venido encima y que necesita administrar y repartir
kilómetros.
Puestos a eliminar riesgos, Luis no se lo ha pensado más de dos
veces. Ante el prestigio que reporta siempre avanzar en cualquier
torneo continental, el entrenador del Mallorca sólo pierde el sueño
por la competición doméstica, donde el fango llega hasta el cuello.
En otras circunstancias podría hablarse de rotaciones, pero en la
tesitura actual se trata de optimizar recursos y focalizar
esfuerzos hacia un punto muy concreto.
El estadio Parken, con capacidad para más de 50.000
espectadores, dará acomodo a un Mallorca reconocible a medias. Será
el turno de Martín Ligüera, un futbolista que durante el verano
provocó mucho ruido y que desde que arrancó la temporada ha vivido
en silencio. La grada y el banquillo ha sido hasta ahora su
principal centro de operaciones. Jaime Pacheco apenas contó con el
internacional uruguayo, que de momento tampoco tiene sitio en el
dibujo de Aragonés. Ligüera fue una de las grandes apuestas de la
era Cursach. Designado para suplir la vacante dejada por Ariel
Ibagaza, su adaptación al fútbol español se está convirtiendo en un
tormento. No obstante, Martín Ligüera tendrá en Copenhague la
posibilidad de aclarar más de un asunto. El club sigue reclamando
algo más de tiempo y margen para un futbolista que en su país tiene
cartel de estrella.
Jesús Perera, máximo goleador de Segunda la temporada pasada con
el Albacete, también dispondrá de una excelente oportunidad para
reivindicarse. Hasta ahora se le ha visto poco, casi nada, aunque
cuando ha disfrutado de una buena cuota de minutos ha jugado
demasiado lejos del área. Aunque en menor medida que Martín
Ligüera, la incorporación de Perera -el Mallorca ejecutó una opción
de recompra- generó un buen puñado de expectativas, pero no se han
cumplido. Hoy tendrá un sitio en el equipo titular. Nené, Toni
González, Marcos Martín y el propio Bruggink completan la nómina de
jugadores que sustentan la revolución europea que ha decidido
gestar Luis Aragonés, que antepone la Liga a cualquier otro
aspecto. En el bando local también habrá cambios, aunque forzados
por las circunstancias. Todi Jonsson y Erik Mykland se perderán el
partido por lesión y es una buena noticia para el Mallorca.
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