Samuel Etoo, a su llegada ayer al aeropuerto de la capital danesa. Foto. JOAN TORRES

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Si alguien guardaba dudas sobre las prioridades de Luis Aragonés, esta noche lo tendrá todo mucho más claro. Europa se ha convertido en un escenario de segundo orden para el Mallorca, que afronta la segunda eliminatoria de la Copa de la UEFA despojado de sus principales argumentos. Copenhague será tierra de cambios y también de oportunidades para una plantilla a la que el calendario se le ha venido encima y que necesita administrar y repartir kilómetros.

Puestos a eliminar riesgos, Luis no se lo ha pensado más de dos veces. Ante el prestigio que reporta siempre avanzar en cualquier torneo continental, el entrenador del Mallorca sólo pierde el sueño por la competición doméstica, donde el fango llega hasta el cuello. En otras circunstancias podría hablarse de rotaciones, pero en la tesitura actual se trata de optimizar recursos y focalizar esfuerzos hacia un punto muy concreto.

El estadio Parken, con capacidad para más de 50.000 espectadores, dará acomodo a un Mallorca reconocible a medias. Será el turno de Martín Ligüera, un futbolista que durante el verano provocó mucho ruido y que desde que arrancó la temporada ha vivido en silencio. La grada y el banquillo ha sido hasta ahora su principal centro de operaciones. Jaime Pacheco apenas contó con el internacional uruguayo, que de momento tampoco tiene sitio en el dibujo de Aragonés. Ligüera fue una de las grandes apuestas de la era Cursach. Designado para suplir la vacante dejada por Ariel Ibagaza, su adaptación al fútbol español se está convirtiendo en un tormento. No obstante, Martín Ligüera tendrá en Copenhague la posibilidad de aclarar más de un asunto. El club sigue reclamando algo más de tiempo y margen para un futbolista que en su país tiene cartel de estrella.

Jesús Perera, máximo goleador de Segunda la temporada pasada con el Albacete, también dispondrá de una excelente oportunidad para reivindicarse. Hasta ahora se le ha visto poco, casi nada, aunque cuando ha disfrutado de una buena cuota de minutos ha jugado demasiado lejos del área. Aunque en menor medida que Martín Ligüera, la incorporación de Perera -el Mallorca ejecutó una opción de recompra- generó un buen puñado de expectativas, pero no se han cumplido. Hoy tendrá un sitio en el equipo titular. Nené, Toni González, Marcos Martín y el propio Bruggink completan la nómina de jugadores que sustentan la revolución europea que ha decidido gestar Luis Aragonés, que antepone la Liga a cualquier otro aspecto. En el bando local también habrá cambios, aunque forzados por las circunstancias. Todi Jonsson y Erik Mykland se perderán el partido por lesión y es una buena noticia para el Mallorca.