Fernando Fernández06/11/03 0:00
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La primera gran cita del calendario náutico internacional tiene como escenario las aguas de la Bahía de Palma. El XXXV Trofeo S.A.R. Princesa Sofía convertirá a nuestra Isla en capital mundial de la vela entre los días 3 y 25 de abril. Más de novecientas embarcaciones procedentes de cuarenta y cinco países dan lustre a una prueba que contará con un elevado número de campeones mundiales y olímpicos en su amplia lista de inscritos. El apoyo de la candidatura olímpica Madrid 2012 y la incansable labor de la Federación Balear de Vela y las instituciones del archipiélago permiten que siga vivo un evento que con el paso de los años gana fuerza entre la flota.

El president del Govern, Jaume Matas, fue el anfitrión en el Consolat de Mar. También estuvieron presentes, entre otros, la presidenta del Consell, Maria Antònia Munar; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; la consellera de Presidència y el director general d'Esports, Maria Rosa Puig y Pepote Ballester; el director de comunicación de la candidatura olímpica Madrid 2012, José Ramón Díez; el presidente de la Federación Balear de Vela, Francisco Villalonga, y el presidente del Comité Ejecutivo, Jaime Enseñat. Matas recalcó que «poseemos el mejor campo de regatas del mundo y, aunque en nuestro subconsciente sigue presente no poder organizar la Copa América, la batalla por albergar grandes acontecimentos de vela la vamos a plantear».

Los primeros en entrar en acción serán los regatistas de vela ligera, que tomarán la Bahía entre los días 3 y 9 de abril. En total, serán trece las clases -once olímpicas y dos no olímpicas- las que conformen el programa, conservando la clase Europa masculina. Los cruceros serán los grandes protagonistas del 22 al 25 de abril, en lo que supone el primer encuentro de los pesos pesados de la flota con el campo de regatas mallorquín. El Princesa Sofía, con más de tres décadas a sus espaldas, busca mejorar y por ello pugna por alcanzar el grado uno entre las regatas puntuables para el ránking mundial, una circunstancia a la que aspiran unos pocos.