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Albert Orfila|COPENHAGUE
Satisfacción y alegría. El Mallorca de Luis Aragonés se asoma a la tercera ronda de la Copa de la UEFA sin prisa, pero sin pausa. El técnico madrileño apostó por darle minutos a jugadores con escaso protagonismo en el torneo doméstico, como Ligüera, Nené o Perera, y el experimento le salió perfecto, con un triunfo (1-2) que le permitirá afrontar con cierta confianza el encuentro de vuelta, a disputar dentro de tres semanas en Son Moix. Para Luis la clave del encuentro fue la buena ubicación de sus jugadores: «Si no nos alargamos demasiado y hablamos en el campo, somos un equipo que a la contra haremos mucho daño porque tenemos jugadores veloces arriba».

Pese a la victoria, el técnico madrileño no se olvida del pasado. «No hay bálsamo de ningún tipo. En fútbol hay exámenes, el pasado domingo lo suspendimos, hoy lo hemos aprobado y ahora viene otro de nuestra Liga. Es un triunfo en la UEFA, pero no se olvida lo anterior. Lo que debemos encontrar de una vez por todas es la regularidad. Nos enfrentamos a un rival con una física de base superior, pero al que supimos presionar. Ellos, al margen de los dos puntas que se mueven muy bien, sobre todo el brasileiro, apenas nos han creado problemas. Nosotros, en cambio, hicimos daño a la contra. Estoy satisfecho porque hemos sido mejores que el FCK».

Luis dejó claro que en ningún momento «he hablado de tirar esta competición. Ni mucho menos. Han sido una serie de cambios para ver jugadores, pero queremos llegar lo más lejos posible, pero sin olvidar que nuestro patrimonio es la Liga». Para el entrenador del Mallorca «tuvimos el control del partido y eso es importante. Lo que debemos conseguir es cierta regularidad, no tener esa línea quebrada de un día muy bien y el otro muy mal».

Por su parte, Txomin Nagore, autor del gol de la victoria, señaló que «siempre es bonito marcar aunque lo más importante es el triunfo del equipo. Ha sido un partido difícil porque son un equipo duro pero noble».