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El Mallorca B ha recibido una importante dosis de oxígeno en los últimos días. El filial ha conseguido desprenderse de la dinámica tóxica que le acompañaba y ha renovado su autoestima pensando en la permanencia. Además, su plantilla ha crecido como consecuencia del mercado invernal y eso ha permitido a su técnico, Toni Cazorla, restablecer el reparto de minutos entre sus hombres. Elías, Luciano y Rogerinho son los nuevos rostros que se suman al vestuario rojillo para esta segunda vuelta y su estreno oficial no pudo resultar más esperanzador ya que coincidió con la primera victoria a domicilio en el campeonato.

El club ha tirado de los argumentos mejor conocidos para reforzarse. Dos de los tres fichajes ya conocían el club por dentro, por lo que su fase de adaptación al plantel se ha reducido notablemente. Es el caso del centrocampista Elías (Logroñes) y del delantero argentino Luciano (Boca Juniors), que por distintas razones ya se habían ejercitado anteriormente con la mayoría de compañeros. Elías defendió la camisola del filial en el último tramo de la temporada pasada tras llegar cedido por parte del Numancia, donde apenas había gozado de oportunidades. Se convirtió en un fijo de la banda derecha en esa parte final del torneo y contribuyó a materializar la salvación en un momento difícil. Este año emprendió rumbo a La Rioja para recalar en el Logroñés, pero no le salieron las cosas y ha decidido volver para repetir con el reto del último ejercicio.

El caso de Luciano también es especial. Llegó a la Isla hace un año y medio procedente de Boca Juniors y se puso a trabajar con la segunda plantilla, pero una complicada situación burocrática le había impedido fichar por el club hasta la fecha. Ahora quiere resarcirse de este tiempo que ha pasado estancado y ya demostró en Mataró que puede ser una solución a los problemas de ataque. Además de debutar, fue titular y anotó el segundo tanto bermellón.