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El presidente Mateo Alemany le presentó en medio de una gran expectación, entre sonrisas y elogios, y con el cartel de gran estrella sellado en su hoja de servicios. Cinco meses después, el otrora crack se despidió en familia, con apenas media docena de periodistas como testigos y un rostro que denotaba su frustración. Martín Ligüera dio carpetazo a su etapa en el Real Mallorca con la intención de volver a final de temporada. «El club decidió prescindir de mi ficha y ahora tengo la oportunidad de jugar cedido en otro equipo», señaló el centrocampista uruguayo al término de la sesión preparatoria de ayer.

Con ofertas de Club Atlético Osasuna, de la Liga italiana y del fútbol mexicano, su intención es quedarse en el fútbol español: «Concreto no hay nada. Por suerte tengo varias posibilidades, pero no me gustaría adelantarme hasta que no se concrete algo. Me gustaría seguir en Europa, principalmente en la Liga española, pero ya veremos a ver qué sucede», dijo el futbolista, décimo mejor goleador del mundo el pasado año e internacional con la selección uruguaya.

Pese a que ha sido cortado en este mercado de invierno -el serbio Andrija Delibasic ha ocupado su plaza-, el Mallorca mantiene un porcentaje de su pase. «Con el club no estoy molesto. Obviamente me siento mal porque no he rendido en estos seis meses, pero el club compró un porcentaje de mi ficha y eso me hace pensar que siguen confiando en mí de cara al futuro. Lo único que quiero es demostrar en otro equipo por qué me compraron la otra parte de la ficha y demostrarle al club por qué me ficharon. Mi único objetivo es volver porque estoy en deuda y sé que puedo hacer cosas importantes acá».