Aragonés, expulsado tras el descanso, sigue las evoluciones de su equipo desde la grada. Foto: ANTONIA CECILIA

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El Mallorca perdió un partido esquizofrénico, al que llegó tarde. No hubo ni rastro del equipo de Luis hasta el minuto 89, cuando el gol de Etoo. Luego todo se precipitó y hasta el empate pareció algo tangible. Pero hasta entonces el Barça le había atizado al Mallorca, que se limitó a encajar los golpes uno tras otro. En el primer minuto el grupo de Rijkaard ya se había metido el triunfo en la mochila gracias a la puntería de Luis García y lo que vino después fue casi ridículo. Cuatro postes, tres goles y una sensación de fragilidad alarmante. El Mallorca está metido en un lío (3-2).

Dos minutos le bastaron al Barça para sacudirle al Mallorca, que saltó a la arena acomplejado. Un balón circulando de izquierda a derecha alcanzó a Luis García, que tuvo tiempo para largar un zurdazo al palo y poco después otro a la red. El equipo de Aragonés se encontró entonces metido en un apuro y empezó a sufrir a cada arreón azulgrana; un tiro de Luis García (minuto 6) y otro de Xavi (minuto 8) anunciarion el segundo gol del Barça, que en un cuarto de hora ya había despachado a los baleares. Fue en una jugada esperpéntica, en la que Miki perdió el balón que transportaba en las manos -tropezó con Luis Enrique y luego con Ramis- y en la que el asturiano finiquitó la cita. El Mallorca se frotaba los ojos y el equipo de Rijkaard las manos, porque el encuentro pasaba a ser un monólogo catalán.

Sólo las arrancadas de Etoo denunciaban que los rojillos seguían ahí, pero la herida no paraba de emanar sangre. El Barça estrelló dos balones más en la madera, mientras Luis García campaba a sus anchas por la derecha y Luis Enrique siempre encontraba el desmarque correcto. El Mallorca empezó a crecer cuando los locales decidieron sestear, amparados en una gran ventaja. Etoo, hastiado de no recibir balones, dio un paso atrás en busca de alimento y de sus apariciones vivió el Mallorca tras el 2-0. Con todo, y pese a que el gobierno del choque era de los insulares, el Barcelona cerró el primer acto con otra batería de ocasiones; una falta de Van Bronckhorst y un par de remates de Luis Enrique.

El segundo tiempo no hizo otra cosa que delatar que el Mallorca seguía padeciendo con las irrupciones por la banda de Luis García -pese a que ahora ya le tapaba Edu Moya- y que Ronaldinho y Xavi eran los propietarios del círculo central. El catalán envió otro balón al larguero tras una salida de Miki en el preludio del tercer gol, que llegó tras otro chupinazo de Luis García (minuto 57). Los bermellones mejoraron algo con los cambios, porque a Correa le bastó poco para arreglar lo que había hecho Campano. El Barça aprovechó su superioridad para darse un festín de juego y de paso sonrojar al Mallorca, que maquilló el marcador gracias a la habilidad de Etoo (minuto 89) y el oportunismo de Delibasic (91).