El Mallorca perdió un partido esquizofrénico, al que llegó
tarde. No hubo ni rastro del equipo de Luis hasta el minuto 89,
cuando el gol de Etoo. Luego todo se precipitó y hasta el empate
pareció algo tangible. Pero hasta entonces el Barça le había
atizado al Mallorca, que se limitó a encajar los golpes uno tras
otro. En el primer minuto el grupo de Rijkaard ya se había metido
el triunfo en la mochila gracias a la puntería de Luis García y lo
que vino después fue casi ridículo. Cuatro postes, tres goles y una
sensación de fragilidad alarmante. El Mallorca está metido en un
lío (3-2).
Dos minutos le bastaron al Barça para sacudirle al Mallorca, que
saltó a la arena acomplejado. Un balón circulando de izquierda a
derecha alcanzó a Luis García, que tuvo tiempo para largar un
zurdazo al palo y poco después otro a la red. El equipo de Aragonés
se encontró entonces metido en un apuro y empezó a sufrir a cada
arreón azulgrana; un tiro de Luis García (minuto 6) y otro de Xavi
(minuto 8) anunciarion el segundo gol del Barça, que en un cuarto
de hora ya había despachado a los baleares. Fue en una jugada
esperpéntica, en la que Miki perdió el balón que transportaba en
las manos -tropezó con Luis Enrique y luego con Ramis- y en la que
el asturiano finiquitó la cita. El Mallorca se frotaba los ojos y
el equipo de Rijkaard las manos, porque el encuentro pasaba a ser
un monólogo catalán.
Sólo las arrancadas de Etoo denunciaban que los rojillos seguían
ahí, pero la herida no paraba de emanar sangre. El Barça estrelló
dos balones más en la madera, mientras Luis García campaba a sus
anchas por la derecha y Luis Enrique siempre encontraba el
desmarque correcto. El Mallorca empezó a crecer cuando los locales
decidieron sestear, amparados en una gran ventaja. Etoo, hastiado
de no recibir balones, dio un paso atrás en busca de alimento y de
sus apariciones vivió el Mallorca tras el 2-0. Con todo, y pese a
que el gobierno del choque era de los insulares, el Barcelona cerró
el primer acto con otra batería de ocasiones; una falta de Van
Bronckhorst y un par de remates de Luis Enrique.
El segundo tiempo no hizo otra cosa que delatar que el Mallorca
seguía padeciendo con las irrupciones por la banda de Luis García
-pese a que ahora ya le tapaba Edu Moya- y que Ronaldinho y Xavi
eran los propietarios del círculo central. El catalán envió otro
balón al larguero tras una salida de Miki en el preludio del tercer
gol, que llegó tras otro chupinazo de Luis García (minuto 57). Los
bermellones mejoraron algo con los cambios, porque a Correa le
bastó poco para arreglar lo que había hecho Campano. El Barça
aprovechó su superioridad para darse un festín de juego y de paso
sonrojar al Mallorca, que maquilló el marcador gracias a la
habilidad de Etoo (minuto 89) y el oportunismo de Delibasic
(91).
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