Drac Inca trata de agarrarse a sus argumentos lejos de la Isla,
donde los números llevan mucho tiempo sin cuadrarle. El conjunto de
Es Raiguer necesita una victoria que justifique las actuaciones que
viene firmando en su centro de operaciones, pero la cita de esta
noche se antoja complicada y minada de trabas en el camino. Los
gualdinegros visitan la pista de un Bilbao Basket infalible como
local, que está obligado a seguir reuniendo crédito si quiere
inscribir su nombre en las series por el ascenso (Polideportivo La
Casilla, 20.30 horas). El ánimo de los baleares ha vuelto a la
normalidad tras superar de forma apurada a un Plasencia que se
plantaba en Inca portando el liderato de la categoría.
Sin embargo, lejos de la Isla los problemas se acumulan y el
equipo viene mostrando una imagen muy distinta a medida que se le
agotan las posibilidades. La escuadra inquense viaja a tierras
vascas con todo su armamento y sin tener que lamentar bajas, un
hecho que a buen seguro envidia el técnico vizcaíno, Txus
Vidorreta, que no podrá echar mano de José Luis Maluenda -aquejado
de un problema muscular- y que tiene muy complicado poder contar
con una de sus estrellas, Venson Hamilton, que se ha convertido en
seria duda después de sufrir un golpe con Iker López durante un
entrenamiento. El norteamericano es uno de los jugadores más
determinantes de la categoría y sin su concurso el quinteto vasco
perdería muchos enteros.
El Bilbao acusa la misma tendencia que el Inca y gana en casa
todo lo que se deja en los desplazamientos. Lejos de su cancha, los
bilbaínos cumplen hoy una vuelta sin imponerse -su último triunfo
fue precisamente en Inca-. Como local, en cambio, su juego se
transforma y acostumbra a enterrar a sus rivales a base de calidad
y fuerza. Los vizcainos sólo han perdido un partido en su pabellón
y amontonan siete victorias consecutivas ejerciendo de
anfitriones.
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