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Pocos jugadores en el mundo son capaces de afrontar las horas previas a un enfrentamiento con Roger Federer con el convencimiento de ganar el partido. Desde que Rafael Nadal se deshizo de Goran Ivanisevic en la segunda ronda del Másters Series de Miami, comenzó a imaginarse el triunfo ante el tenista suizo y ayer lo convirtió en realidad. El mallorquín arrolló al número uno del mundo, superándolo por un doble 6-3 en poco más de una hora y protagonizó la gran sorpresa en Cayo Vizcaino. Hace tiempo que las hazañas de Rafael Nadal han dejado de ser sorpresas. Cuando eliminó a Albert Costa en el Másters Series de Montecarlo el pasado curso -el catalán era el vigente campeón de Roland Garros-, el tenista mallorquín creó un precedente del que no está exento nadie. En poco menos de un año ha pasado de ser el jugador revelación de la ATP 2003 a ser un serio aspirante para colocarse en el top ten a corto plazo.

Su último éxito ha vuelto a convertirse en noticia en todo el mundo. Consciente de que Federer sólo había perdido uno de los veintinueve encuentros que había jugado este año, Rafael Nadal volvió a apostar por un planteamiento agresivo. A través de conversaciones telefónicas con su tío y entrenador Toni Nadal -Jofre Porta es el técnico que le acompaña en Miami- se convenció de que no podía dejar que Federer tuviera la iniciativa en el juego en ningún momento y saltó a la pista como una apisonadora. Rafael Nadal probablemente sea el mejor jugador en esta faceta. Jugó prácticamente todo el partido metido dentro de la pista y sus golpes siempre fueron agresivos y arriesgados. No se preocupó de los errores cometidos porque sus puntos ganadores estaban desquiciando al suizo. Su derecha fue demoledora y subió hasta catorce veces a la red, donde únicamente perdió un punto. Se adornó con las dejadas y el servicio completó su recital. Su primer saque tuvo un porcentaje del 81 por ciento, pero a velocidades muchos más rápidas que hace unos meses. Sirvió en muchas ocasiones a 190 kilómetros por hora, incluso llegó a alcanzar los 200 kilómetros hora, e impidió que Federer pudiera hacer ni un solo break.

El que si logró romper el servicio de su rival fue Rafael Nadal. En el primer set lo hizo en dos ocasiones (en el quinto y en el noveno juego) para anotarse el parcial por 6-3. Este último break le permitió comenzar la segunda manga sacando. Una sola rotura en el sexto juego, cuando Federer desperdició un 40-0 a su favor, le proporcionó la ventaja para sentenciar el encuentro por 6-3. Desde su actuación en la eliminatoria de Brno, cuando se convirtió en el heroe del triunfo español ante la República Checa, Rafael Nadal tiene garantizado un puesto en el equipo de Copa Davis. Forma la pareja de dobles del presente y del futuro junto a Tommy Robredo, aunque sus últimas actuaciones podrían convencer al G-3 para que también disputara en la eliminatoria ante Holanda alguno de los individuales. Juan Carlos Ferrero se está recuperando de la varicela que le ha impedido estar presente en Indian Wells y Cayo Vizcaino, y aunque ha comenzado a entrenar, todavía es una incógnita en qué condiciones llegara a la cita de Palma. Sería una baja importante aunque Rafael Nadal está demostrando que está en condiciones de ocupar su puesto y jugar junto a Moyà.