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Cuando el supervisor de la Federación Internacional detuvo en la jornada del sábado el encuentro de dobles a causa de la lluvia, el equipo español sintió que la decisión les beneficiaba. Rafael Nadal y Tommy Robredo dominaban el marcador por dos sets a uno (6-3, 6-2 y 3-6), pero el partido, que inicialmente era muy favorable, se había complicado. Emanacorí y el catalán se habían paseado durante los dos primeros parciales. Eran superiores en la red y sus restos hacían mucho daño a Holanda.

La situación se modificó con la llegada de las primeras gotas. La pista se fue haciendo pesada y los golpes de los españoles perdían efectividad. El aplazamiento supuso un alivio y se esperaba que ayer Nadal y Robredo firmaran un inicio de partido similar al del sábado. De hecho Robredo ganó su saque en blanco en el juego inicial, pero los problemas llegaron en el tercer juego. Rafael Nadal salvó una pelota de break, pero tras contar con tres ventajas para hacerse con el juego, cedió el servició (1-2 y saque para Van Lottum).

John Van Lottum pasó de ser una carga en la jornada del sábado a ser un aliado muy peligro el domingo. Ganó su saque y propició una nueva rotura con servicio de Robredo en el quinto (1-4). Los españoles reaccionaron en el sexto juego y se acercaron tras romperle el saque a Verkerk. Esta pequeña reacción no escondió que Nadal y Robredo seguían teniendo problemas en todas las facetas del juego. Rafael volvía a ceder su saque cometiendo una doble falta (el resto holandés le obligaba a forzar en exceso) y Van Lottum cerraba la cuarta blanca ganando su juego en blanco (2-6).