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XISCO CRUZ. Palma.
Era un domingo de resurrección y acabó siendo la tarde de Perera. Otra vez. Si existe una figura que represente la rehabilitación del Mallorca esa es la del extremeño, que ha liderado la reacción del equipo desde que tocara fondo en Murcia. Apareció ante el Deportivo, rescató un punto ante la Real y ayer tumbó al Betis. Todo son buenas noticias desde que Perera juega, y eso a estas alturas es motivo de bendición. En Sevilla, Perera dio una lección. Siempre se manejó por el campo con sentido, habilitó a Etoo para que marcara el primero y selló el triunfo con un gol espectacular. Sobresaliente. Además, los resultados ayudaron a que el triunfo tuviera un enorme valor.

El Mallorca apareció acomplejado por el partido, como condicionado por sus pírricos números y su enclenque estadística lejos de Palma. Sufrió con cada acelerón de Joaquín por la derecha o en cada arreón de Arzu, que tuvo el gobierno del balón desde que echó a rodar. En esas, y en apenas diez minutos, el Betis ya había mirado a los ojos de Leo Franco en dos ocasiones; primero con un derechazo de Benjamín y luego con un tiro sesgado de Assunçao. El Mallorca no encontraba a Pereyra y sólo la movilidad de Perera le daba algo de crédito. Con todo, el equipo de Luis le atizó al Betis a la primera que pudo. Fue en una carrera de Jesús Perera por la izquierda; el extremeño encontró una fuga por esa banda, tiró una zancada hasta el área y le hizo una entrega perfecta a Etoo que, irrumpiendo desde atrás, empujaba a la red (minuto 14). El Mallorca encontraba petróleo en su primera llegada y eso le permitió crecer. Lo hizo a medida que el Betis se enredaba y generaba confusión.

Todo fue plano desde entonces, porque ni los sevillanos daban con la fórmula, ni el Mallorca se atrevía a dar un paso al frente. El juego se enmadejó y sólo un escorzo de Alfonso anunció que el Betis seguía en el encuentro. Sin embargo, fue el grupo balear el que generó todo el peligro hasta el descanso; Etoo lo probó desde fuera del área (minuto 41) y luego Lembo estrelló un balón en el larguero de su propia portería tras una incursión de David Cortés (minuto 43).

La grada empezó a irritarse y el Mallorca se encontró con el partido soñado. Apenas había arrancado el segundo acto y Perera liquidó la cita. Fue tras un error de Varela, una recuperación de Pereyra, una entrega de Etoo y una finta de Perera, que le ganó la espalda a Rivas y resolvió de forma sutil ante la salida de Prats (minuto 50). Ese golpe parecía definitivo, porque el Betis era un manojo de dudas y su juego caía en picado. Ni los cambios mejoraron su aspecto y sólo Joaquín lo seguía probando por la derecha. Ya era tarde. Era el día de Perera, a pesar de que los aplausos se los llevara Etoo. El Mallorca se concede una semana tranquila y el descenso ya parece casi olvidado.