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Stevie Johnson se ha convertido en el centro de atención en la semana más decisiva del curso. El alero estadounidense arrastra una fuerte lumbalgia originada durante el partido ante el CAI y su concurso parece no peligrar para el primer asalto frente al Ourense (viernes, 21 horas). La intención es contar con su concurso, pero sin forzar en exceso, más teniendo en cuenta que en cuarenta y ocho horas aguarda el segundo asalto.

Los servicios médicos del club le están sometiendo a un tratamiento fisioterapéutico para reducir el dolor y el jugador no trabajará al mismo ritmo que el resto de sus compañeros. Preservar a uno de los puntales del Inca es ya una obsesión, pues los gualdinegros precisarán de todo su armamento e inspiración para poner de su lado una serie dramática, en la que está en juego la supervivencia en la LEB de dos históricos en radios de acción muy diferentes. El historial orensano en la ACB es equiparable a la tradición inquense en la categoría de plata, que pasa en las últimas dos campañas por apurar hasta el último instante sus opciones de salvación.

Al margen de las molestias de Johnson, el resto del plantel lleva a cabo la labor de concienciación de la trascendencia de la recta final del curso. Defender el factor pista, algo que parece fundamental en este cruce, es una de las líneas maestras del plan de actuación. Una de las armas que esgrimirá el Ourense es el ambiente que va a generar en el Pazo Paco Paz para la porción de la serie que dispute como local. Para contrarrestar ese efecto, la directiva del Drac Inca ha desarrollado varias iniciativas que tienen como finalidad generar un ambiente que lance a los inquenses hacia dos victorias -viernes 21 horas y domingo, 18:30- que darían la tranquilidad necesaria para encarar la visita a tierras gallegas con garantías.