T.T.
El Mallorca B vuelve a la senda de la duda. La derrota de ayer ante uno de los grandes de la categoría, el Castellón, era más que previsible. Con lo que no se contaba tanto era con el triunfo del Cartagonova, lo que coloca al filial rojillo a un punto de distancia de la promoción. Ojo avizor, que no está todo ni mucho menos hecho.
En cualquier caso, los rojillos plantaron cara en los primeros cuarenta y cinco minutos del primer periodo, proponiendo un partido eléctrico, con alternativas. Una dinámica que a los rojillos les fue bien, aunque las ocasiones de las que disfrutaron Luciano o el mismo Víctor Casadesus brillaron por su falta de peligro sobre la meta castellonense.
El once de José Luis Oltra, fiel a su estilo, cadencioso en la iniciativa de juego, pero siempre buscando sacar petróleo de los agujeros defensivos del equipo contrario, lo encontró en el minuto 26. Juanjo supo lo que hacer en esta ocasión, batiendo a Astrada a las primeras de cambio. Primera ocasión de gol, y el balón al fondo de las mallas.
Mayor efectividad, imposible. El resto del primer periodo fue un querer y no poder de los rojillos ante una zaga castellonense perfectamente replegada, pero que apenas prodigó la salida del balón con criterio.
Tras el descanso, las tornas cambiaron espectacularmente. El centro del campo fue plenamente albinegro. Y también las opciones de gol. Y como no, el rosario de errores de los definidores visitantes. Los veteranos Serrano y Eloy se hartaron de fallar y fallar ante Astrada, circunstancia que le dio vidilla a un Mallorca B que comenzó desorientado el segundo periodo y que acabó con el convencimiento de que podían haber hecho mucho más de lo que realmente hicieron.
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