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OURENSE 80
DRAC INCA 73

El partido del Drac Inca era perfecto. Controlaba al rival, el marcador y el tiempo de una contienda que parecía inclinarse hacia el bando mallorquín. Pero una falta antideportiva de Jesse Young a 1:12 para el final echó por la borda el esfuerzo de un grupo que dio la cara y estuvo a la altura de las circunstancias, aunque desde la línea de tiros libres no supo rematar. Un triple de Berenguer hizo el resto (80-73) y ahora habrá que esperar al cuarto encuentro del «play out». Mañana (12:30 horas), el Inca se juega algo más que una final. El ser o no ser dentro del baloncesto profesional y un buen puñado de ilusiones que penden de un marcador y de la siempre discutible labor arbitral.

El ambiente resultaba hostil en un escenario históricamente reñido con el Inca. No se llenó el Pazo Paco Paz, pero los cerca de tres mil aficionados arroparon al cuadrode Àngel Navarro en un inicio marcado de nuevo por la ausencia de Young en el cinco inicial. Sin el canadiense, a los mallorquines les faltó rebote y Shoemaker hizo de las suyas ante la soledad de un Ezugwu que se multiplicaba. La falta de altura era el principal hándicap y quedó patente que sin Bustamante, Drac Inca pierde frescura y rigor en el movimiento del balón. El base andaluz, mermado físicamente, fue el recurso de urgencia, pero una técnica señalada sobre un tenso Xavi Sastre agravó la hemorragia.

Drac Inca encajó un parcial de 10-0 que dejó al Ourense doce arriba (17-5). Sin rebote, los gualdinegros se encomendaron a su artillería liger. Bulfoni y Sergio Rodríguez dieron algo de vida, pero mientras tanto, Shoemaker engordaba su estadística. La entrada en pista de Young y Alzamora aligeró el déficit interior. Los problemas se le acumulaban a los gallegos a modo de faltas personales. La escasez de recursos del Ourense se reflejaba en el agotamiento de su cinco base, algo que el Inca desaprovechó desde la línea de tiros libres para recortar distancias y dar una buena dosis de calma.

La tercera de Shoemaker abría una vía de esperanza a los de es Raiguer, que daban un recital en defensa en pleno desconcierto gallego. Camino del descanso, el equilibrio era total (38-35) gracias a un triple providencial de Bustamante que contrastaba con la tercera falta de un Javier Bulfoni desconocido en esta faceta. El sevillano se destapó e hizo callar con otro triple al Pazo Paco Paz al filo del descanso (40-38).