Rafael Nadal es una de las raquetas más precoces de la historia del
tenis y sus heridas también cicatrizan muy rápido. Hace un año, el
día antes de partir hacia Roland Garros, el tenista manacorí sufrió
una fisura en su codo derecho. El diagnóstico descartaba su
participación en Wimbledon (un mes después) pero Rafael se recuperó
a tiempo, alcanzó la tercera ronda, e incluso podía haber jugado la
semana anterior porque su lesión estaba totalmente recuperada. Con
la fisura del escafoides de su tobillo izquierdo puede repetirse la
historia.
El primer pronóstico apuntaba a que Rafael Nadal debería estar
dos meses de baja (se perdía Roland Garros y probablemente
Wimbledon), pero la radiografía que van a realizarle hoy puede
desvelar que la fisura ya está cerrada y que el mallorquín puede
pisar y comenzar a entrenarse. Si es así, Nadal reaparecerá el día
24 en el Grand Slam francés. La diferencia entre los jugadores que
tienen el techo en el número veinte del ránking y los que luchan
por el número uno es la ambición, el carácter. Precisamente las
mejores armas de Rafael Nadal, un ganador nato que cuando conoció
el diagnóstico de su lesión en el tobillo decidió ponerse a
trabajar para conceder la mínima ventaja posible a sus rivales.
Rafael Nadal lleva dos semanas trabajando 24 horas al día para
superar la fisura del escafoides de su tobillo. A las diez de la
mañana empieza su preparación en la pista principal del Club de
Tenis Manacor. Ha tenido que ejercitarse sentado sobre una mesa
porque su pie izquierdo todavía no podía tocar el suelo. A pesar de
lo incómodo de la situación Toni Nadal ha querido pulir detalles
para seguir avanzando en la formación del tenista. Corregir la
situación del cuerpo en la derecha y mejorar el movimiento de la
volea de revés han sido los principales ejercicios.
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