Carlos Moyà está lanzando un mensaje muy claro justo antes de que
comience Roland Garros. El jugador mallorquín volvió a exhibir un
tenis de muchos quilates en la final del Másters Series de Roma y
se alzó con el título tras doblegar al argentino David Nalbandián
por 6-3, 6-3 y 6-1. El triunfo en tierras italianas, el primero en
las nueve participaciones del balear, le va a permitir escalar
hasta la segunda posición en la Carrera de Campeones, lo que le
aproxima al sueño de volver a alcanzar el número uno del mundo.
Carlos Moyà llegaba a la final tras haber protagonizado un
torneo sobresaliente. El duelo ante David Nalbandián se presentaba
muy equilibrado porque el argentino cuenta con uno de los mejores
restos del circuito (después de Agassi, probablemente el mejor). En
el tercer juego puso en aprietos el saque del mallorquín, pero fue
Moyà el que dio el primer golpe. Tres errores no forzados de
Nalbandián daban la primera bola de break al balear, que la ganó
tras lanzar un buen passing y volear el argentino fuera de los
límites de la pista (3-1 y saque).
Consciente de que ante Nalbandián hay que sacar muy bien, Moyà
exprimió al máximo una de sus mejores armas. Forzó con el primero y
su alto porcentaje le permitió dominar los puntos con la derecha.
El argentino simplemente podía correr detrás de la pelota y el
mallorquín disfrutaba de su primera pelota de set en el octavo
juego. Con 5-2 y saque de Nalbandián, Moyà se colocó 30-40 y dominó
bien el punto, pero en un golpe de derecha a media pista para subir
a la red, tiró fuera. El marcador se colocaba 5-3 y el primer
parcial pudo sufrir un importante giro si Nalbandián hubiera
aprovechado su única pelota de break del set. Moyà la resolvió con
un buen servicio y una gran derecha para terminar anotándose la
primera manga (6-3).
David Nalbandián había sufrido un duro mazazo, y Moyà continuó
castigando a su rival al comienzo del segundo set. El mallorquín
solventó una nueva bola de break en el juego inicial (1-0 y saque)
con una gran dejada, un arma que utilizó durante todo el partido y
que le proporcionó muchos puntos. Tras el cambio de pista
reglamentario, un aficionado paró el juego dirigiéndose desde la
grada a Moyà. La situación no incomodó al mallorquín, que después
de que la seguridad del Foro Itálico desalojara al personaje,
continuó pasando el rodillo. Seguía ganando sus saques con mucha
comodidad y volvió a romper en el quinto juego para colocarse 4-1 y
servicio en su poder.
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