El filial alarga el suspense hasta la última jornada

Carlos Román
El filial no puede descuidarse. A falta de una jornada para la conclusión del campeonato, el Mallorca B sigue sin resolver su futuro y todo queda a expensas de lo que pueda extraer de su visita al Mini Estadi. Afortunadamente, tampoco pierde terreno con respecto a sus rivales, ya que el Sabadell cayó en su campo y sigue un punto por detrás de los isleños.

El conjunto de Toni Cazorla encontró ayer muchos problemas para superar al Cartagena, que escudado en todo momento por la veteranía y experiencia de sus jugadores, fue marcando las claves del partido a costa de limitar todas las vías de acceso de su enemigo.

Le costó mucho a ambas formaciones ganar terreno y la función se fue convirtiendo desde los primeros compases en un ejercicio plagado de fuerza y dureza, pero siempre carente de profundidad y con escasos alardes técnicos. Aún así, en esos primeros minutos el filial consiguió aprovechar uno de los pocos espacios que le concedieron los murcianos y a punto estuvo de lograr un tanto que hubiera podido alterar sustancialmente el contenido del duelo. Fue en un lanzamiento de falta que ejecutó Rafita desde la banda y que Enric Pi cabeceó en el área para enviar la pelota al palo. Era el minuto 9 y lo que parecía el inicio de un monólogo se quedó únicamente en una aproximación peligrosa.

El Mallorca B apenas pudo aprovechar la aportación de dos refuerzos de lujo "Toni González y Ramis" y pronto se contagió del juego practicado por los hombres de Balaguer, que siempre dieron por bueno el punto con el que empezaron el choque.

El Cartagena tampoco lo tuvo sencillo para poner a prueba a Moyà y su primer intento serio llegó casi a la media hora de juego en un tímido libre directo de Isaac.

Tras el descanso el panorama del choque se fue deteriorando, porque a los cinco minutos, Ramis veía su segunda amarilla y dejaba al equipo en inferioridad. Ese hecho espoleó inicialmente a los visitantes que por medio de Héctor y Sívori (min. 51 y 55) metieron el miedo en el cuerpo de los baleares. El filial se volcó para protegerse y salir a la contra, pero el Cartagena era fuerte atrás y ya había blindado el empate.