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Amador Pons|PARÍS
Carlos Moyà siente que 2004 puede ser su gran año. El tenista mallorquín se ha marcado como gran objetivo esta temporada la Copa Davis, pero recién estrenado el mes de junio, la meta a corto plazo se llama Roland Garros. La Copa de Mosqueteros es un gran objetivo en sí misma, pero además le puede volver a situar en disposición de ser número uno del mundo. El principal escollo del balear al título es Guillermo Coria, su rival de hoy en cuartos de final, que le ganó en el último precedente. «No creo que pueda tomarse como referencia el último partido. Yo llegué a Buenos Aires después de haber estado lesionado dos meses. Me lesioné en la final de Sydney contra Hewitt y desde entonces no había jugado. Fui a Argentina con la única intención de regresar a la competición y me encontré en la final. Pienso que alcance esa ronda más por el corazón y la experiencia en los momentos importantes que por el nivel de juego que tenía. Además en la final contra Coria, volví a sentir molestias en el tobillo y tenía el pie con ampollas por la inactividad de tanto tiempo. Perdí, pero aquí en París será un partido diferente», aseguró Moyà.

El jugador balear quiso restar importancia a las palabras de Guillermo Coria. El tenista argentino dijo que «Moyà es muy bueno. Tiene un gran saque y una extraordinaria derecha, pero yo sé dónde le duele», pero el palmesano manifestó que también tiene la receta del éxito. «Si Coria sabe dónde me duele, tendré que imponer mi juego. No cabe duda de que es un tenista muy completo y presumiblemente será un partido muy duro porque apenas no hay diferencia en nuestros enfrentamientos. Pero esto son unos cuartos de final de Roland Garros y se juega al mejor de cinco sets. Yo estoy muy fresco y el también. Me lo voy a tomar como si fuera la final».

El sorteo ha querido que los dos mejores jugadores del año sobre tierra batida se midan en cuartos de final, pero Carlos Moyà no quiso darle demasiada importancia al hecho de tener que enfrentarse con Coria tan pronto. «Es cierto que somos los dos jugadores que más partidos han ganado sobre tierra batida, pero hay que aceptar el sorteo como viene. Es probable que si hubiéramos ido por sitios diferentes nos podríamos haber encontrado en la final, pero eso no lo sabremos nunca. Pienso que si consigo ganarle puede darme un empujón casi definitivo para ganar el torneo». El optimismo se ha apoderado de Moyà y todo su equipo. El jugador palmesano considera que «estoy jugando mejor que en el 98 cuando gané aquí y que en el 99 cuando fui número uno del mundo. Me siento muy cómodo en la pista. Me funcionan los golpes y estoy muy fuerte de cabeza», concluye Moyà.