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Alertado por las palabras de Guillermo Coria -«se donde le duele»-, Carlos Moyà realizó ayer un entrenamiento poco exigente en lo físico y muy productivo en lo táctico. El tenista mallorquín es consciente de que un triunfo en estos cuartos de final le puede proporcionar la segunda Copa de Mosqueteros (ya ganó en Roland Garros en 1998) y está afrontando este enfrentamiento como si se tratara de la final. Se ejercitó durante una hora con una de las promesas estadounidenses y lanzó un claro mensaje: «tengo muy buenas vibraciones». Carlos Moyà y Guillermo Coria se han enfrentado hasta el momento en cinco ocasiones, no demasiadas teniendo en cuenta de que son de las mejores raquetas sobre tierra batida y coinciden desde hace varios años en casi todos los torneos, pero se conocen a la perfección. El jugador argentino es un auténtico frontón desde el fondo de la pista. No cuenta con un servicio extraordinario (acostumbra a asegurar el primer saque liftando), pero su cuenta de errores no forzados acostumbra a terminar sin mácula. Cuenta con un buen resto y sus golpes de contrataque le permiten tomar la iniciativa en puntos que a priori tiene perdidos. Coria conoce muy bien el tenis de Carlos Moyà y es muy probable que le castigue el revés durante todo el partido. Con su revés paralelo, el argentino tratará de evitar que el mallorquín se corra buscando la derecha, aunque Moyà es consciente de estas situaciones pueden producirse durante el encuentro.

No ha huido del revés en todo el torneo (Àngel Inocencio, entrenador de Nova Sport que ha estado el Roland Garros y que le conoce a la perfección, se quedó asombrado al comprobar que Carlos buscaba en algunas ocasiones el revés durante el partido ante Robredo) y ayer siguió trabajando este golpe. Lo practicó paralelo (buscando la derecha del rival para que el siguiente golpe de éste sea cruzado y así poder pegar de derecha) y cruzado (buscando el golpe ganador). Pero para ganar este partido, Carlos Moyà es consciente de que debe mandar en el punto. El saque ha sido una de las grandes armas del jugador balear durante la competición y ayer se quedó después del entrenamiento practicando para seguir sumando puntos gratis en el encuentro de cuartos. Si el primer servicio le funciona, Moyà podrá llevar la iniciativa en el punto y dominar con la derecha, su mejor golpe. Carlos quiere conseguir que el choque se rija según las normas que dicta su drive porque así, las opciones de victoria aumentan considerablemente. Antes de que comience el encuentro, la organización ha concedido una ligera ventaja a Coria. Han programado el partido para el tercer turno de la Suzanne Lenglen (problamente sobre las tres de la tarde, después de que finalicen los partidos entre Paola Suárez-Sharapova y Anastasia Myskina-Venus Williams). El inconveniente es que esta pista es más lenta que la central, y frente al argentino, a Moyà le interesa que la tierra sea lo más rápida posible. Si el bote es lento, harán falta más golpes ganadores para tratar de desbordar al rival. En este sexto enfrentamiento, Moyà confía en equilibrar la balanza, aunque no toma como referencia la final de Buenos Aires.