A ocho días para que la actividad sea frenética en Atenas, Michael
Phelps apura sus últimos entrenamientos en un escenario sin igual.
El nadador es el líder del equipo estadounidense que entre hoy y el
día 10 preparará los Juegos Olímpicos en las instalaciones de Son
Hugo, aunque también harán uso de Germans Escalas. Todo ello en
consonancia con la selección alemana, que también pasará en
Mallorca sus últimos días antes de partir de manera definitiva
hacia la capital griega.
En un vuelo procedente de Atenas llegó Phelps a primera hora de
la tarde de ayer, acompañado por el resto de la delegación. Un
notable dispositivo de seguridad y una enorme tensión en el
ambiente envolvieron su aterrizaje en Son Sant Joan, donde les
aguardaba Rafael Escalas. Desde ahí, el astro estadounidense se
dirigió hasta el hotel de concentración donde, aunque los
responsables de prensa de Estados Unidos lo impidieron, fue
reconocido por el personal del establecimiento y los pocos
periodistas allí presentes.
En voz baja, tuvo la deferencia de reconocer que «no conocía
Mallorca», y reconoció que «todavía no estoy en mi mejor momento»,
a expensas de poder ofrecer el máximo de sus prestaciones en la
piscina del compejo OAKA, escenario de las pruebas de natación de
los Juegos. Phelps causa sensación allá donde va. Sus cinco
medallas en los Mundiales de Barcelona y el hecho de ser el gran
aspirante a pulverizar todos los registros le convierten en centro
de atención. Por ello se le tiene entre algodones y ajeno a todo
movimiento extraño.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.