10/08/04 0:00
José Antonio Diego|ATENAS
Hongos, testículos de toro, semillas de ajonjolí, alcohol, opio,
hojas de coca, nitroglicerina, hormona del crecimiento,
eritropoietina, esteroides, estricnina... cualquier remedio ha sido
bueno a lo largo de la historia para el deportista tramposo que
pretende ser más que otro por métodos artificiales. A medida que se
aproxima la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Atenas,
la noche del día 13, aumenta el ruido del escándalo que, con
británica puntualidad, comparece siempre en vísperas de la más
grande manifestación deportiva de los tiempos antiguos y
modernos.
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