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Fernando Fernández|ATENAS
A Marco Rivera le ha tocado toda una papeleta en su debut en unos Juegos Olímpicos. El nadador mallorquín, perteneciente al Club Valenciano, no podrá estar en el desfile inaugural «aunque el traje me lo pondré algún día y me lo llevaré de recuerdo», asegura. Y es que el recordman de España de los 400 metros libres (3:51.28) estrenará el programa de competición en el Complejo Acuático OAKA. Poco antes de las once de la mañana del sábado, horas después de que Isabel Fernández haya encabezado la segunda delegación más numerosa presentada jamás por nuestro país en unos Juegos, Marco se lanzará al agua a la caza de una buena marca.

«Tal vez está oportunidad me ha llegado demasiado pronto. Sé que lo tengo difícil, pero me he fijado mejorar el récord de España, algo que creo que está en mi mano», explicó Rivera poco antes de tomar el vuelo hacia Barcelona que le reuniría con el equipo nacional de natación. Junto a Roser Vives y compañía, aterrizó en la tarde de ayer en el aeropuerto Eleftherios Venizelos con la mochila cargada de ilusión y dispuesto a disfrutar de un acontecimiento único.

«Tengo muchas ganas de empezar a competir, me encuentro muy a gusto en el agua últimamente. En el Campeonato de España estuve a tope de volumen y preparación, y he intentado mejorar para los Juegos, pero es una misión casi imposible aspirar a una medalla, Hay grandes especialistas en mi prueba. Me preocupa en la marca en la que puedo moverme y en el puesto que me corresponde», afirmó uno de los mejores fondistas del equipo español, que con 21 años ha viajado a Atenas para comerse el mundo y, si puede ser, dar un susto a los favoritos.