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Fernando Fernández|ATENAS
Brigit Yagüe deberá aparcar al menos por espacio de cuatro años su sueño olímpico. La taekwondista palmesana era la rival a batir en la competición de menos de 49 kilos y la presión le jugó una mala pasada casi sin haber tenido tiempo de disfrutar de los Juegos. La fortuna le había dado la espalda en el sorteo, que le emparejó con la thailandesa Yaowapa Boorapolchai, una de las adversarias que más le preocupaban. Fue la primera en salir e inauguró el programa de competición en Faliro. Su rival empezó con fuerza, totalizando tres golpe ofensivos en el primer round.

Brigit intentaba defenderse de la mejor manera posible, pero sus contundentes patadas no hallaban respuesta por parte del panameño Varo Barragán, juez de la contienda,que con la llegada del segundo asalto se complicó en exceso para Brigit. Boorapolchai se ponía 7-3 a su favor y a la mallorquina le restaban tres minutos para evitar la sorpresa. Supo arrinconar a su oponente, pero varios golpes que hallaron impacto dejaron de ser señalados y con ello, el tiempo siguió corriendo en contra de Brigit, que totalizó dos golpes ofensivos y sendos puntos en el tercer capítulo de un combate que finalizó con un injusto 9-5 a favor de la asiática, que de esta manera daba un paso de gigante hacia las medallas.

Al final, Yaowapa se colgó el bronce, pero por entonces, a Brigit le restaban ligeras esperanzas de optar al último peldaño del podio. Todas sus ilusiones se depositaban en la pugna entre la thailandesa y la cubana Yanelis Labrada. En caso de que Yaowapa repitiera triunfo, Brigit daba un paso de gigante hacia la repesca. Pero Labrada cimentó su victoria en los dos últimos asaltos y se impuso por 3-1 en un combate marcado por la extrema tensión existente.