El filial del Mallorca expondrá el próximo domingo su nuevo
proyecto en un escenario poco habitual para sus funciones. La
escuadra dirigida por Toni Cazorla se traslada hasta Son Moix para
disputar su primer encuentro como local y al igual que sucediera el
pasado domingo con la primera plantilla, volverá a ser el Real
Madrid el que mida sus pulsaciones. En este caso su poderoso
filial, que actuará en Palma tras la exhibición de autoridad que
ofreció en la primera jornada y en el que comienzan a despuntar los
futuros talentos de la factoría blanca.
La del domingo será una buena ocasión para analizar el
crecimiento de un grupo que conserva la base de la campaña anterior
y que presenta unicamente cinco caras nuevas -Cabrero, Tito,
Maceiera, Comini y Sebas- con respecto a su último vestuario.
Además, la incorporación de jugadores procedentes del juvenil como
en el caso de Carlos Carmona, dotarán de calidad al conjunto
rojillo, que no quiere llegar a final de curso en la misma
situación que en años anteriores. La confirmación de jugadores como
Luciano, que sólo disputó la segunda vuelta de la última liga o el
recuperado Busi, también tendrán una notable porción de
protagonismo en el once.
Los mallorquinistas, que este año han sido desplazados al grupo
I de la Segunda división B, cuajaron un debut más que aceptable en
el terreno de juego del Fuenlabrada y quieren obtener una
importante dosis de confianza ante un equipo que está llamado a
conseguir el ascenso después de muchas temporadas en blanco.
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