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Constància 4
Real Mallorca 1

CONSTÀNCIA: Monse, Ramis, Quique, Amorós, Colom, Adrián, Capellà, Carlos Jul, Marcos, Silvano y Kiko.
Cambios: Lasa por Monse; Lluis Simó por Colom, José por Capellà, Magí por Marcos y Rojals por Kiko.

REAL MALLORCA: Alberto Cifuentes, Ballesteros, Nadal, Poli, Tuni, Marcos Vales, Marcos Martín, Jorge López, Jesús Perera, Delibasic y Luis García.

Àrbitro: Julio Bastida García. Buena actuación. Amonestó al mallorquinista Jorge López y expulsó de forma directa al local Silvano y al visitante Marcos Vales tras una agresión mutua.

Goles:
1-0, minuto 15, Carlos Jul.
1-1, minuto 57, Nadal.
2-1, minuto 72, Amorós.
3-1, minuto 79, Lluis Simó.
4-1, minuto 87, Rojals.

Pere Castelló Bergas

El Constància asumió ayer un papel estelar y acabó humillando al Mallorca tras una lección de buen juego. Los inquenses, con un fútbol perfecto y basado en el contragolpe, demostraron que se encuentran en un estado de forma ideal y sembraron de dudas el camino del Mallorca, que deberá mejorar mucho si no quiere verse abocado al sufrimiento durante la temporada (4-1). Los locales fueron en todo momento más fuertes que su rival, se mostraron siempre muy conjuntados y acreditaron el buen nivel exhibido en su primera jornada de liga. Los de Bauçà no se amilanaron en ningún momento pese a la entidad de su enemigo y llevaron continuamente el peligro ante la porteria de Alberto.

Los blanquinegros dominaban el centro del campo con mucho orden y el Mallorca no sabía aprovechar la posesión del esférico para crear ninguna jugada interesante. Eso propició que acumularan su primera desventaja al primer cuarto de hora y que tuvieran que ir a remolque el resto de minutos. Carlos Jul le ganó la espalda a la defensa bermellona y tras aprovechar un envío de Ramis alojaba la pelota en el fondo de las mallas (minuto 15). La primera ocasión de peligro para los hombres de Floro tardó mucho en llegar (minuto 23), pero no fue más que un espejismo que apenas tuvo utilidad para el conjunto de Primera división.

El Constància en cambio, iba de menos a más y se crecía con el paso de los minutos, ya que no acusó el esfuerzo y se adaptó mejor que nunca a la superfície de juego. El Mallorca pudo igualar el marcador antes del descanso, ya que Bastida señaló un riguroso penalti cometido sobre Delibasic, que sin embargo, Luis García no supo transformar. Definitivamente, el equipo grande sucumbía a la motivación y al desparpajo de un adversario más mentalizado. La segunda mitad confirmó lo visto en los primeros cuarenta y cinco minutos y encumbró al jugador local Sergi Rojals, un refuerzo de lujo para la escuadra de Jaume Bauçà. El jugador desquició a la defensa rojilla con su técnica y rapidez y empezó a avisar de sus intenciones en la reanudación.

Nadal aportó luz al juego visitante después de conseguir un tanto de bella factura que parecía imponer la lógica en el marcador (minuto 57). El de Manacor conectó una espectacular volea cerca del círculo central que sorprendió al meta local. Con el marcador equilibrado llegó la acción más reprobable del partido. Marcos Vales y Silvano se enzarzaron en una absurda pelea y los dos acabaron en el vestuario antes de tiempo (min.65).