Roser Vives fue una de las primeras deportistas baleares que
participó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, pero ha sido la
última en regresar a la Isla. La nadadora palmesana aterrizó ayer
en el aeropuerto de Son Sant Joan procedente de Barcelona y fue
recibida por varias decenas de personas, que quisieron rendir un
homenaje a la referencia más importante de la natación balear en
estos momentos.
Roser Vives realizó el pasado 17 de septiembre su primera
participación olímpica. Nadó la prueba de los 200 metros mariposa,
prueba en la que se ha convertido en la mejor especialista
española, aunque no salió demasiado contenta de la piscina de
Atenas. No consiguió pasar de la primera serie y su registro estuvo
por debajo de su mejor marca personal. A pesar de eso no quiso
lanzar un mesaje demasiado pesimista. Es todavía una deportista muy
joven y está en plena progresión. La cita griega le llagó demasiado
pronto, y ahora su pensamiento está puesto en segiur mejorando y
conseguir mejorar su actuación en los Juegos Olímpicos de Pekín
2008.
Si su estado anímico no estaba recuperado del todo, ayer recibió
una nueva muestra de estima de varias decenas de personas, que
convocadas por la Federación Balear de natación, quisieron rendir
un homenaje a la nadadora olímpica. Roser Vives se ha convertido en
la referencia de la mayoría de los nadadores isleños, que sueñan
con seguir su progresión y alcanzar sus metas. Ella agradeció el
cariño, se mostró simpática con los seguidores y firmó
autógrafos.
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