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La retirada de Xisco Martí ha servido para abrir un fuerte debate en el seno del ciclismo de las Islas. Sus denuncias de dopaje en el seno del pelotón no dejan a nadie indiferente, pero a la vez ratifican que el deporte del pedal es foco de castigo cuando este tema abarca las primeras páginas. Todos saben de su existencia, y del daño que le hace al ciclismo y todo su entorno. Erradicarlo es una labor común, pero los integrantes de la gran familia ciclista saben que siempre existirá, para desgracia de una especialidad contra la que se ha cargado con extrema dureza en comparación con otros deportes que también han sido noticia por el tráfico y consumo de sustancias prohibidas, algo que ha forzado a Martí a colgar la bicicleta. Algunas de las opiniones más contrastadas abogan por poner freno a una lacra de la que Xisco parece haberse librado, pero que planea como una perenne sombra sobre el ciclismo, que quiere dar la imagen de transparencia que los incontables controles dan. Pero siempre hay alguien que quiere hacer las cosas a su manera y con su falta de sensibilidad mete a todos en un mismo saco. Algo que a nadie agrada y que todos evitan por la vía más limpia: rechazar el dopaje como alternativa.

Pepote Ballester, como director general d'Esports y ex deportista de élite, conoce el tema a la perfección, y sabe que el dopaje es «difícil de frenar a todos los niveles. La gente ha de ser plenamente consciente de lo que hace, y cada persona debe obrar en consecuencia, por los problemas de salud que puede acarrear en el futuro. No es lo correcto, y todos debemos hacer lo posible para acabar con él, dentro y fuera del ciclismo o cualquier otro deporte. Es una lucha común y ver que Xisco ha sabido rechazarlo es un motivo de satisfacción».

Miquel Alzamora es una de las personas que mejor conoce a Xisco Martí. Junto a él ha competido y entrenado en multitud de ocasiones a nivel nacional e internacional, y aartanenc le sorprenden estas manifestaciones. «Sabía que dejaba el ciclismo en activo, y me extraña que diga todo esto, en especial con el dopaje, pero él sabrá lo que hace», afirma el olímpico, quien destaca que el ciclismo «siempre sale perjudicado y está en el ojo del huracán. Por desgracia, siempre somos los grandes perjudicados cuando salen a la luz estas cosas y no es justo, porque no todos optamos por esa vía para llegar lejos. Los profesionales nos valemos de nuestro trabajo, que es nuestra mejor carta de presentación».

Toni Cerdà sabe de las virtudes y defectos de Xisco sobre una bicicleta. El técnico mallorquín, durante muchos años responsable del equipo nacional y ahora a la espera de conocer su futuro definitivo dentro de la RFEC, sabe que Martí «ha visto cosas que no le han gustado, y es normal y comprensible que haya preferido renunciar a su carrera deportiva. A ello se une el no haber podido pasar a profesional, algo que debió hacerle mucho daño». De la misma manera, apunta que todo el mundo sabe que el dopaje «perjudica más al ciclismo que a otro deporte. Es siempre el que sale peor parado. Los ciclistas siempre quedan como los peores parados, pero los dirigentes tampoco parecen querer ayudar. En otras modalidades existe más apoyo, pero en el ciclismo eso no se estila», significó el reconocido técnico de Algaida.

David Monserrat, responsable de la Escuela Superior de Ciclismo del Govern y uno de los valedores de Xisco durante su período de formación, destaca como punto de inflexión en la trayectoria del ciclista de Fornalutx «su caída en Extremadura. No ir al Cinturón hizo el resto. No haber pasado a profesionales también le marcó». Sobre el dopaje en escuadras amateurs, Monserrat destaca que «en amateurs hay muchos controles, más de los que la gente piensa. El nivel es altísimo, pero la vigilancia también, y salen muy pocos positivos». Con todo ello, extrae la conclusión de que el ciclismo «es el pupas. Otros deportes no son tan controlados y cualquier caso de dopaje no tiene tanta trascendencia ni se le da la notoriedad que recibe cuando se trata de ciclismo», apuntó.

Fernando Novella es el presidente de la Comisión Antidopaje de la Real Federación Española de Ciclismo. Su papel pasa por luchar contra este serio problema «algo que hacemos todos juntos. Sabemos que es muy difícil de erradicar, pero poco a poco lo vamos frenando, pese a que siempre habrá casos particulares que sólo hacen daño al ciclismo en general, y no es justo».