El Rayo mina la confianza del Mallorca B

Carlos Román
El Rayo Vallecano ha dejado al filial a las puertas de un defectuoso arranque de campeonato. El equipo madrileño hizo su valer su mejor funcionamiento colectivo para complicar la vida al once mallorquinista, que deberá subsanar cuanto antes sus defectos si no quiere empezar a deteriorarse antes de tiempo (0-1).
Pese a que los baleares se propusieron empujar desde la salida, el Rayo fue ganando terreno a pequeños pasos y acabó llegando con mayor peligro al territorio de Astrada. Durante los primeros veinte minutos, en los que ambos se tantearon en busca de puntos débiles, la ocasión más significativa de los locales pasó por las botas de Víctor, pero no llegó a materializarse y eso espoleó los ánimos de la formación dirigida por Carlos Orué.

En el minuto 20 el mandato visitante comenzaba a ser evidente y Jurado ponía a prueba el sistema de seguridad isleño tras una combinación de Palacios, que sólo cuatro minutos más tarde iba a utilizar las dudas rojillas en beneficio propio. El atacante rayista adelantaba a su equipo en una desafortunada acción y empinaba la mañana a los de Toni Cazorla, que ya por entonces tenían que hacer frente a numerosas dificultades. Justo después del gol el agujero estuvo a punto de agrandrarse como consecuencia de un mal despeje de Astrada. Antes de llegar al descanso, Rafita tenía que retirarse lesionado y el técnico bermellón recomponía el equipo dando entrada a Sebas (minuto 38).
El inicio del segundo acto tampoco fue esperanzador porque el Rayo volvía a golpear primero y al Mallorca le costaba franquear el muro madrileño. Víctor estuvo a punto de nivelar el marcador con un fogonazo de gran potencia en el área, pero Segura respondió bien y redujo a un corner la ocasión más peligrosa de los mallorquinistas.

El bando local seguía pagando caros sus defectos en la construcción de juego, mientras Iriney campaba a sus anchas en el círculo central y reforzaba la credibilidad vallecana. El mismo brasileño pudo sentenciar en el minuto 68, pero su disparo probó el larguero.

El filial se movió por impulsos en la recta final y el conjunto franjirrojo pudo llevarse un premio mucho mayor si David Lago hubiese afinado su puntería.