DRAC INCA (25+25+14+18):Adrián Boccia (4), José María Pedrera (4), Chris Sneed (4), Stevie Johnson (24), Lolo Castro (10), -cinco inicial- Alberto Alzamora (3), Sergio Rodríguez (15), Quique Moraga (9), Joan Riera (5) y Toni Carrasco (4).
22 de 38 en tiros de dos puntos, 4 de 19 en triples y 26 de 35 en tiros libres. 37 rebotes (24 defensivos y 13 ofensivos) y 31 faltas personales.
GUIPUZKOA (18+23+19+25):Llorente (13), Jackson (14), E. Martínez (10), Rodríguez (6), Rogelio Legasa (19), -cinco inicial- Aramburu (6), A. Martínez (4), Vega (0), Lauro (2) y Cruza (11).
27 de 44 en tiros de dos puntos, 3 de 11 en triples y 22 de 33 en tiros libres. 23 rebotes (15 defensivos y 8 ofensivos) y 31 faltas personales.
Àrbitros:Tortella Muns (Cataluña) y Madrid Soler (Valencia). Eliminaron por cinco faltas personales a Alberto Alzamora, Sergio Rodríguez, Chris Sneed, E. Martínez y Lauro.
Cristóbal Muñoz
El Drac Inca topó con su peor versión y en un último cuarto decepcionante dejó escapar una victoria que tuvo en su mano durante la primera parte. El Guipuzkoa fue de menos a más (82-85) y, pese a firmar una nefasta estadística dese 6'25 (3 de 11), estenó su participación en la LEB-2 con un triunfo que les permite encarar el futuro con enorme optimismo. El grupo de Fisac fue a remolque durante los dos primeros cuartos, en los que el juego interior del Drac Inca marcó las diferencias. Stevie Johnson se erigió en la referencia del cuadro de Juan Díaz, que pareció tener controlada la situación durante buena parte del choque.
Boccia no parecía tener su día, de la misma manera que Sneed, pero desde el banquillo, Sergio Rodríguez aportaba frescura y puntos. Los primeros diez minutos dejaron una ligera superioridad del Drac Inca (25-18), algo que se mantuvo hasta el tiempo de descanso. El conjunto mallorquín llegó a disponer de una renta de quince puntos a su favor (47-32) que de poco acabó sirviéndoles. A medida que ambos equipos se fueron cargando de faltas, el Guipuzkoa fue ganando terreno sobre el parqué.
El tercer cuarto marcó un punto de inflexión en la contienda. La pintura del Inca flojeaba y los donostiarras se fueron creciendo con el paso de los minutos. Legasa se hacía con el control de la zona y Llorente asumía un importante peso específico en los esquemas del Guipuzkoa, que minuto a minuto empezaba a creer firmemente en sus posibilidades de victoria. El Drac Inca regaló el partido en los dos últimos cuartos. Así, a falta de diez minutos (64-60), el encuentro ofrecía un pronóstico complejo. La debilidad del grupo de Juan Díaz hacía que el técnico empezara a buscar soluciones de urgencia. Que no llegaban.
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