Apenas se han disputado seis jornadas de Liga y esto ya huele a
chamusquina. El Levante destapó las carencias de un Mallorca
cadavérico, un equipo de mentira que no juega a nada y falla en
casi todo, sobre todo en defensa. El vestuario está agrietado y el
crédito de Benito Floro, bajo mínimos. O el horizonte amanece hoy
despejado en las oficinas del club o la etapa de Floro en la Isla
será más breve de lo esperado (2-0).
El Levante presionó como siempre, con orgullo y toneladas de
casta, pero también con un trato muy correcto del balón. El
Mallorca, en cambio, se vio superado en todo el campo. Empezando
por el centro, donde Pereyra y Marcos sacaron bandera blanca ante
Celestini y Rivera, netamente superiores. Por las bandas, Arango lo
intentó sin suerte en la izquierda, mientras que Farinós se aburría
en la derecha. Ni el invento de Jorge López como segundo punta, por
detrás de Luis García, arregló el desastre. En defensa, el Mallorca
tuvo un agujero negro por la izquierda, la zona de Poli.
A los 26 minutos, el equipo valenciano dejó en el césped la
mejor jugada del partido y el aviso de una primera parte muy
intensa. La velocidad de Felix Ettien transformó al lateral
sevillano en un principiante. El marfileño retrató a Poli en la
jugada del primer gol, una obra de orfebrería que inició con una
"cola de vaca", prosiguió con dos quiebros y finalizó con un pase
de la muerte que remachó Manchev. El Mallorca se deshizo tras esa
acción. Los minutos siguientes desparramaron un montón de ocasiones
fallidas. Aflojó en la presión y ofreció huecos y espacios a sus
rivales. El Levante disfrutó con tan inesperada cortesía y vivió
feliz durante el tramo final de la primera parte.
Con la media hora cumplida llegó la puntilla. Uno de esos goles
que jamás se deben encajar: córner a favor y gol en contra. El
Mallorca sacó de esquina, Jorge López remató pifiado y Ettien
inició la contra. El marfileño, a quien Niño no supo cortar, le
envió un pase medido a Sergio García que el catalán transformó en
gol tras driblar a Moyà y con media docena de mallorquinistas
todavía en terreno enemigo. El Mallorca abrió un paréntesis con un
par de oportunidades bien resueltas por Mora a disparos de Luis
García, con 0-0 en el marcador e instantes después de que
Ballesteros derribara dentro del área a Sergio García, que el
árbitro no señaló a instancias de su asistentes; y Farinós, en el
minuto 32, que murió en el guante diestro del buen portero
«granota».
La segunda parte fue impotencia para el Mallorca, que sólo
mejoró con Tuni y Perera, y prudencia para el Levante. Al final, el
Levante levantó los brazos y el Mallorca bajó la cabeza. Ahora
llegan quince días para la reflexión. ¿Con Floro? Habrá que
esperar...
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